“Una ocupación atenta contra los derechos de muchas personas, contra los derechos de los estudiantes que quieren tener clase, contra los derechos de los trabajadores de la enseñanza que quieren trabajar. Por lo tanto, no es admisible en una sociedad democrática", agregó da Silveira.
El presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Robert Silva, mostró a través de sus redes sociales que la fachada de su casa fue vandalizada durante la madrugada de este sábado. “Hoy mi hogar amaneció así”, escribió Silva junto a una foto en la que se puede ver una pared en la que se escribió: “La educación es del pueblo” y “Robo Silva ctrl+C ctrl+V”.
En diálogo con Telemundo, el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, expresó este sábado su solidaridad con Silva y su familia.
“El hecho de hacer una cosa así en el hogar de una persona pública, en lo que es su intimidad, su lugar de refugio con la familia, es algo muy feo, que traspasa límites muy delicados. Muy poco uruguayo, muy poco acorde con la clase de convivencia que nos gusta a los uruguayos”, consideró el ministro.
Además de expresar su condena “de la manera más enfática posible”, da Silveira deseó que “ojalá sea un episodio aislado y que no signifique nada más que un mal momento para Robert y su familia, y un mal momento para la sociedad uruguaya toda”.
“Creo, por otro lado, que si algo bueno trajo este episodio es la unanimidad de las condenas que ha habido desde diferentes sectores, diferentes puntos de vista. Pero sería mucho mejor que no hubiera pasado”, agregó el ministro.
“Una ocupación atenta contra los derechos”
Durante la última semana, la ANEP vio un nuevo frente abierto: el rechazo que manifestaron los estudiantes de centros de formación a la reforma educativa impulsada por el gobierno. Por esa razón, se dieron varias ocupaciones en instituciones como el IPA o Magisterio, o en centros de formación del interior del país. "La transformación curricular integral la vamos a tener en marcha en 2023", afirmó Silva a finales de julio.
Consulado al respecto, el ministro de Educación afirmó: “Este proceso de transformación educativa tiene una inmensa solidez y legitimidad democrática. El tema de la transformación educativa se discutió largamente en la última campaña electoral, los uruguayos votaron teniendo ese tema en mente y sabiendo lo que proponían las diferentes opciones. Ese tema estuvo muy presente en todo el proceso de discusión de la LUC, y la LUC fue aprobada por un Parlamento legítimo y luego confirmados mediante el voto popular directo. A eso podemos agregarle que todas las encuestas confirman que arriba de 60% de los uruguayos entiende que hace falta transformar la educación. Yo diría que pocas iniciativas en la historia de la educación tienen tanta legitimidad democrática como este proceso que está en marcha”.
“El gobierno, por lo tanto, tiene un compromiso ante quienes lo votaron a llevarlo adelante. Respetando la ley y dialogando como se viene haciendo”, afirmó.
En ese sentido, además, el ministro señaló que “que haya minorías que no les guste o que se opongan a este proceso es perfectamente normal dentro de una sociedad democrática”. “Lo que no puede pasar es que las minorías que se oponen se sientan, de algún modo, con alguna clase de derecho para bloquear un proceso que tiene un amplio apoyo mayoritario. Y el gobierno va a continuar con la misma serenidad, el mismo respeto institucional, con la misma disposición a explicar, a escuchar, a dialogar, pero sin perder el rumbo”, apuntó.
“Una ocupación atenta contra los derechos de muchas personas, contra los derechos de los estudiantes que quieren tener clase, contra los derechos de los trabajadores de la enseñanza que quieren trabajar. Por lo tanto, no es admisible en una sociedad democrática y las normas lo dicen con claridad. Así que, cada vez que haya una desocupación se desocupará en defensa de esos derechos, y esto no tiene nada que ver con los derechos gremiales, que respetamos enormemente ni con las libertades sindicales. Hay que respetar la libertad de todos, de los sindicalizados y de los no sindicalizados. La ocupación vulnera los derechos de una parte importante de los actores de la educación”, concluyó da Silveira.
