Los mayores problemas tienen que ver con las condiciones edilicias de los centros de rehabilitación donde están los jóvenes.
Al participar en la Comisión de Presupuesto de Diputados, el director del Instituto Nacional de Inclusión Adolescente (Inisa), Eduardo Katz, dijo que se ha heredado esa institución en una situación que definiría como caótica, sin exagerar, y quedándose corto, debido a la crisis edilicia, ya que todos los locales que albergan chicos, como el de la Colonia Berro, por ejemplo, son edificaciones que tienen más de un siglo, que no están en condiciones, que no fueron pensadas para ese fin y que no solo no cumplen con las estándares internacionales, sino con los mínimos como para desarrollar medidas socioeducativas, en el caso de la privación.
A esa crisis edilicia se suman otras tantas edificaciones que hay en la capital, que tampoco cumplen con sus requisitos debido a sus condiciones arquitectónicas, lo que hace muy difícil desarrollar las diferentes actividades, que son el verdadero cometido de la función.
Según la versión taquigráfica de la sesión, Katz dijo que se cuenta con 18 centros en Montevideo, Canelones y la zona metropolitana, que están trabajando con el personal mínimo. Todo el sistema cuenta con 1600 trabajadores, de los cuales 350 están en condición de talleristas. El personal resulta totalmente insuficiente, puntualizó.
Agregó que las instalaciones son inadmisibles y que se han constituido en violatorias de los Derechos Humanos.
“La situación que se vive es inaceptable, suceden cosas bastante complicadas porque no es el edificio nos guste o no, sino que hay problemas en la instalación eléctrica que han generado, por ejemplo, accidentes laborales. A su vez, esto no permite cumplir con nuestro cometido, que es la rehabilitación y el llevar adelante un proceso socioeducativo”, apuntó el jerarca.
