Barras de Peñarol amenazaban a jugadores y dirigentes

Cinco personas fueron procesadas por haber conformado una organización para cometer delitos y obtener y conservar así beneficios económicos de parte del club.

Según indica la vista fiscal a la que accedió Telemundo, los procesados habían conformado una organización para cometer delitos y obtener y conservar así beneficios económicos de parte del club.

Dos de los procesados cumplían su rol desde dentro de la cárcel.

En el documento se señala que Peñarol y varios barras habían celebrado un acuerdo mediante el cual estas personas –señalados como referentes– controlaban a la barra brava a cambio de dinero, entradas a los partidos y otras regalías.

En principio, el acuerdo resultaba positivo para ambas partes, sin embargo con el paso del tiempo, los referentes fueron ganando poder en la hinchada y a raíz de ello aumentaron sus exigencias hacia el club.

Para evitar la pérdida de puntos y atacar a las barras, el club accedió a esas exigencias. Los problemas graves –señala el documento– comenzaron cuando el club nombró a una nueva comisión de seguridad, la que resolvió prescindir de la intervención de los referentes en la hinchada.

Como consecuencia estos referentes dejaron de recibir beneficios económicos y por eso comenzaron a tener contacto con distintos actores del club como dirigentes, jugadores y empleados del mismo.

Ante la frustración de no conseguir el resultado deseado, se volcaron al despliegue concertado de varios actos de violencia y amenazas contra miembros de Peñarol.

En noviembre un grupo de 30 hinchas concurrió a Los Aromos e impidió a los jugadores a ingresar al predio, exigiéndole la entrega de 400 entradas y fuegos artificiales.

Ante la negativa, los barras les dijeron a los jugadores que estaban de vivos y que se iba a pudrir todo.

El 26 de noviembre otro grupo de ocho integrantes de la barra se presentó en Los Aromos a donde ingresaron sin autorización para exigir a los miembros de la comisión de seguridad que les restablecieran los beneficios que les habían retirado. Amenazaron a directivos señalándoles que de no obtener las entradas no podrían contener o manejar las situaciones de violencia y de disturbios dentro del Estadio Centenario, particularmente en la Tribuna Ámsterdam en el clásico que se disputaría al día siguiente.

Los cinco integrantes de las barras fueron procesados el sábado. Cuatro de ellos por un delito de asociación para delinquir y otro por un delito de extorsión.


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