El padre del joven también fue condenado porque no pudo justificar el origen del arma.
El martes el joven invitó a su amigo de 20 años a la casa de su abuelo, que estaba cuidando.
Le dijo que tenía un arma porque el barrio estaba peligroso. La sacó de un mueble, se la mostró y cuando la ponía en un bolsillo de su campera se le escapó un balazo. Impactó en el abdomen de su amigo y le afectó el hígado, el colon y el estómago.
Intentó conseguir ayuda, llamó a su padre y finalmente consiguió un auto con otro amigo para trasladar al herido al hospital. Cuando llegaron, se constató el fallecimiento por anemia aguda por las lesiones que provocó el disparo.
El joven dijo que le sacó el arma a su padre, quien a su vez dijo que la halló en el frente de su casa detrás de un tronco el pasado 19 de junio.
Tras dos juicios abreviados, el joven que disparó fue condenado a 24 meses de prisión por homicidio culpable agravado por el uso de arma de fuego. Su padre fue condenado por tráfico interno de armas a seis meses de prisión en suspenso, con la obligación de presentarse en la seccional policial una vez por semana.
