Las mujeres los conocían en un local bailable y luego de seducirlos conseguían recibir invitaciones de los empresarios con lo que accedían a los vehículos y domicilios. Allí los drogaban y les hurtaban dinero, joyas o ropa.
La investigación fue realizada por la Dirección General de Inteligencia y se estableció que dos mujeres concurrían en forma asidua a un local bailable donde entablaban relación con importantes empresarios consiguiendo así recibir invitaciones que generaban que accedieran a los vehículos y domicilios de los damnificados.
Según las denuncias recabadas son varios los empresarios afectados por estas mujeres, las cuales lograron apoderarse de dinero, joyas, adornos, ropas y demás artículos. Las chicas utilizaban diversos métodos de seducción y aprovechaban la distracción de sus víctimas para colocar sustancias que provocaron mareos y desvanecimientos.
Ambas fueron procesadas con prisión por hurto especialmente agravado.
