El asesino de Brissa González ya había cumplido condenas por al menos seis ataques sexuales a menores

Williams Pintos se suicidó en la cárcel el martes 17 de abril, antes de enfrentar un juicio oral por el homicidio.

El mismo hombre que violó y asesinó a Brissa González en noviembre del año pasado, en 2004 amenazaba a niñas para que le dieran su ropa interior. Según el relato publicado este sábado en El Observador, su caso conmocionó al barrio del Prado por varios meses. Se sabía que el hombre circulaba en bicicleta temprano en la mañana y las amenazaba con una navaja. En ese momento tenía 21 años. En agosto de 2004 una adolescente la reconoció mientras circulaba por la calle y llamó a la Policía. Lo detuvieron y fue internado en el Vilardebó por atentado violento al pudor.

Varios años después, en 2011, comenzaron a aparecer denuncias policiales en el oeste de Montevideo, en barrios como Colón, Lezica  y Conciliación. Pero ahora Pintos circulaba en moto y atacaba a niñas de 7 y 9 años.  Las manoseaba de manera violenta y las obligaba a practicarle sexo oral.

En 2012 volvió a ser derivado al Vilardebó. Pericias le diagnosticaron importantes trastornos de personalidad.

En 2013 la Justicia lo condenó por tres delitos de atentado violento al pudor y rapto. Pidió la pena máxima: cinco años y ocho meses de cárcel. Su abogado intentó apelar y reducir la condena diciendo que “su conducta estaba enmarcada en la pedofilia” y que “obraba atrapado por impulsos”. La jueza la redujo cinco meses.

Una vez preso, a pesar de que era reincidente y tenía una psicopatía peligrosa, logró redimir pena y salió en marzo de 2016.

Durante el 2017 tuvo una relación con Lorena, una mujer que conoció por Facebook. El 20 de octubre ella lo denunció ante la Policía, ingresar a su vivienda, robarle documentos y romper lámparas. La acusaba de engañarlo. Aseguró que Pintos la había golpeado, amenazado, intentado violar y ahorcar.

La Justicia volvió a solicitar una pericia. La tercera. Y le ordenó concurrir al proyecto dominó, que atiende a hombres con problemas de violencia doméstica. Al mes siguiente, el 14 y 15 de noviembre, Williams Pintos recorrió la floresta y costa azul en su auto color bordó e intentó secuestrar a dos escolares, haciéndose pasar por oficial de investigaciones. Sus familias denunciaron el intento de rapto ante la Policía.

A los tres días, mientras era buscado por la Policía, asistió al proyecto Dominó. Las conclusiones de especialistas revelaron que era de “riesgo alto” y que tenía un “desnivel del equilibrio emocional”. Pero llegaron a la justicia 17 días después, cuando Brissa ya había sido asesinada.

La violencia había escalado. Luego de interceptar a la niña cuando iba a la escuela, la violó, asesinó y luego dejó en un descampado. La pericia psiquiátrica ordenada por la jueza el 13 de octubre, se realizó el 29 de noviembre. También concluyó que era de alto riesgo, pero ya era tarde, estaba detenido por la Policía y era responsable de la muerte de Brissa González.

En tanto, luego de que trascendiera que el asesino de Brissa había cumplido condenas por al menos seis ataques sexuales, el  comisionado parlamentario para las cárceles, Juan Miguel Petit, aseguró a Telemundo que el sistema “está funcionando muy mal” y que demostró que existen carencias en la coordinación  de servicios.

Cuestionó que no se hayan disparado alarmas en una situación extrema que recorrió varias instituciones

El comisionado parlamentario aseguró que deberían existir programas específicos para personas procesadas por delitos sexuales y un seguimiento a internados en el Hospital Vilardebó, que padecen estas patologías y son dados de alta.


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