El relato de lo ocurrido el 9 de octubre en el Penal de Libertad cuando un recluso murió por una bala que disparó un funcionario

Varios internos también resultaron heridos.

La tensión en el celdario 1 del Penal de Libertad comenzó en la tarde del 9 de octubre. Primero dos internos intentaron romper el candado de otra celda, otros dos hicieron un boquete y otros intentaron romper la puerta. La guardia los redujo. Los funcionarios realizaron un recorrido para verificar el estado de las celdas y dispararon dentro de algunas de ellas, hiriendo a varios reclusos.

Sobre las 21:00 horas comenzó un clima de agitación general, con gritos, golpeteo de las puertas y varios salieron a la planchada, según relató el comisionado parlamentario para las cárceles en un informe. Desde fuera del espacio que está limitado por una reja, la guardia comenzó a disparar desde dos extremos. Mientras, los reclusos utilizaban sus colchones como escudo.

Los funcionarios dispararon más de 100 cartuchos. De baja letalidad si son disparados a más de 10 metros. Los internos aseguran que salieron a protestar que atiendan a los heridos. Según los funcionarios la pelea empezó entre reclusos.

Una hora más tarde varios presos comenzaron a gritar que querían entregarse. Entre ellos estaba Carlos Alberto Núñez Santos. “Según múltiples y coincidentes testimonios, Carlos Alberto Núñez Santos, se habría acercado y, tal como le habrían ordenado, lo hizo con los brazos en alto. Aseguraron que a Núñez le dijeron que se tirara al piso y que cuando estaba haciéndolo, le dispararon”.

Varios testigos relataron que quedó en el piso 15 minutos, cuando fue llevado en un calabozo en planta baja. En ese momento todos los reclusos se entregaron, fueron esposados desnudos. Varios relataron que fueron golpeados. Dos tenían heridas en los ojos, con posible afectación a la vista y su tratamiento demoro varios días.

Según el informe, el recluso Núñez estuvo dos horas en el calabozo. Fue el último en ser llevado al centro médico, luego de que pasaran más de 20 internos a hacer constatación de lesiones. Falleció en el centro de salud.

“La muerte no fue provocada por un arma blanca, sino por un disparo de escopeta a corta distancia, cargada con un cartucho de munición no letal pero que a tan corta distancia provocó el estallido de un órgano, probablemente el bazo. La hemorragia provocó la muerte”, explicó Petit.

Según el informe que presentó el comisionado carcelario en el parlamento, “una asistencia inmediata con traslado a una puerta de emergencia con posibilidad quirúrgica, hubiera permitido intentar salvar esa vida”.

El recluso fallecido iba a salir de la cárcel dentro de poco tiempo,  tenía varios proyectos para vivir en libertad.


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