En 2019 Murialdo fue contactado por integrantes de una organización criminal dedicada al tráfico de drogas proveniente de Bolivia

Le propusieron al productor rural que, a través de su empresa, exportara droga oculta en bolsones que debían contener espel de soja con destino a África.

La Fiscalía publicó el dictamen de condena sobre la mayor incautación de cocaína en la historia del país

En el mes de diciembre del año 2019 el fiscal Enrique Rodríguez imputó a las cuatro personas: Luis Gastón Murialdo Garrone, empresario rural de la zona de Dolores, su hijo y dos trabajadores. En diciembre fueron imputados y la semana pasada fueron condenados, luego de 180 días en prisión preventiva. Ese fue el resultado de la mayor incautación de cocaína en la historia del país: 4.400 kilos en el Puerto de Montevideo, más una tonelada en un establecimiento ubicado en Soriano.

En 2019, Murialdo fue contactado por integrantes de una organización criminal dedicada al tráfico de drogas proveniente de Bolivia. Estos le propusieron al productor rural que, a través de su empresa, exportara droga oculta en bolsones que debían contener espel de soja con destino a África. Por mail el empresario recibió los requisitos y la documentación.

Parte del trato implicaba que Murialdo debía realizar dos exportaciones de soja con la droga oculta en la carga. Por la maniobra le pagarían 250 mil dólares, una parte la recibió previamente.

Días antes del 24 de diciembre del año pasado, fecha en la que se efectuó el primer cargamento, la droga llegó al establecimiento de Murialdo en Soriano. La droga fue trasladada en camiones, mezclada con la carga de leña, la cual fue descargada por personas enviadas por los dueños de la droga. El hijo de Murialdo colaboró en esta tarea.

La operación se realizó durante dos noches por parte de dos desconocidos que se encargaron de colocar la droga en los sacos de harina de soja. Así se ocultaron 4.003 ladrillos.

De acuerdo al relato de la Fiscalía, durante la carga el hijo de Murialdo notó que los sacos contenían algo duro y grande y pese a todas las cosas raras que estaban ocurriendo alrededor de su padre, el hijo continuó ayudando.

El 26 de diciembre cuando la carga llegó al Puerto, se constataron irregularidades y se revisó la carga y se constató la presencia de cocaína. En la apertura de los bolsones, en un contenedor se detectó 3.421 kg y en el segundo 996,5 kg. Posteriormente, en el establecimiento, se detectaron 1.374 ladrillos de cocaína.

Murialdo fue alertado e intentó esconder el resto de la droga y salir del país pero cuando los peones se trasladaban con la droga fueron sorprendidos por la policía. Todos fueron detenidos y tras el proceso judicial terminaron los cuatro en la cárcel.


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