“Yo la maté, merezco la pena de muerte”, dijo este jueves el asesino, delante de la madre de la niña.
“Yo la mate, merezco la pena de muerte”, dijo este jueves el asesino de Brissa González, en una audiencia solicitada por su defensa y en la que estuvo presente la madre de la víctima.
A la fiscalía encargada del caso, nada le cambió esta confesión ya que las pruebas en contra del hombre son contundentes.
El 20 de noviembre pasado, Brissa González salió como todos los días de su casa en el barrio Villa Española hacia la Escuela 89, ubicada en Algarrobo y Serrato, a pocas cuadras de su casa.
Brissa iba a tomarse el ómnibus cuando se encontró con su asesino, que la invitó a subir a su auto. Varias cámaras de seguridad captaron el vehículo, primero con el asesino conduciendo solo y en otras imágenes ya acompañado por Brissa.
Ese mismo día, al llegar a su casa, la mamá de brisa notó con extrañeza que su hija no estuviera en la vivienda. Allí comenzaría un calvario que terminaría con la peor de las noticias.
De inmediato la mujer hizo la denuncia ante las autoridades policiales, y comenzó la búsqueda. De entrada parecía difícil saber dónde estaba Brissa porque no había rastros de ella. Hasta que comenzaron a aparecer indicios que llevaron a W.P.P, un hombre de 40 años.
El rastrillaje que comenzó en Marindia donde vive el hombre. Luego se extendió a Salinas, El Fortín, Atlántida y Villa Argentina. El cuerpo apareció 48 horas después en el kilómetro 51.500 de la ruta Interbalnearia, en una zona boscosa.
En ese lugar W.P.P ya detenido nunca confesó el crimen hasta este jueves momento en el que confesó haber matado a la niña, delante de su propia madre.
Entrevista al psicólogo forense Gustavo Álvarez
