El fiscal explicó que esto no cambia la carátula del caso, que quedó cerrado con el pago de la indemnización a mediados del año 2019.
Romina Fernández tenía 17 años cuando el 28 de diciembre de 2018 salía de festejar con un grupo de amigas y compañeras de estudio que habían terminado sexto de liceo.
A la salida de la fiesta, en las inmediaciones de Luis Alberto de Herrera y Sancho Panza, y cuando se iba a tomar un taxi, Romina fue atropellada por el automóvil que conducía el entonces futbolista de Peñarol Gabriel (“Toro”) Fernández.
Desde ese día, la joven permaneció internada en el CTI del Hospital Militar, luego en su casa y hasta este martes, cuando falleció en horas de la mañana en el Hospital Policial, según confirmó el abogado de la familia Juan Fagúndez.
En agosto de 2019 y, tras varias negociaciones, mientras Romina seguía internada en estado delicado, la Justicia obligó al jugador a pagar 800.000 dólares para los tratamientos que la joven debería seguir y además era una forma que, según el nuevo Código del Proceso Penal, evitaría que el jugador terminara en prisión.
Hoy con la muerte de la joven el caso no cambia de carátula, porque con la indemnización paga por el jugador, actualmente en el Celta de Vigo en España, la causa quedó cerrada, confirmó a Telemundo el fiscal Alejandro Machado.
Las pericias realizadas en el lugar determinaron en su momento que el jugador tuvo responsabilidad en el accidente ya que iba a manejando por encima de los 60 kilómetros por hora, en una zona cuyo límite es 45.
