El juez Roberto Timbal decidió dejarlo en libertad por falta de pruebas; la mujer asegura haber vivido aislada y sometida a agresiones físicas y verbales.
En junio del 2015, Irina Posadas se casó con el sirio Abd Hadi Omar Mahmoud Faraj, uno de los seis ex reclusos de Guantánamo que llegaron en calidad de refugiados a Uruguay a fines de 2014. Irina cambió su nombre y pasó a llamarse Fátima, su nombre árabe.
Asegura que durante los meses de casada quedó totalmente aislada de lo que sucedía fuera de su casa y denunció que fue agredida en varias oportunidades por su pareja.
“Lo que yo pasé no se lo deseo a nadie pero si él sale libre, queda libre, es porque no hay amparo para la mujer. Pueden seguir lastimando, pegando, matando a la mujer. El horror que pasé en siete meses en esa casa fue espantoso”, dijo ella.
Mahmoud Faraj fue detenido el viernes pasado por la policía por presuntas agresiones pero fue liberado por el juez del caso, que dispuso que Irina pasara a forense y ahora el caso está en manos de la justicia especializada en violencia doméstica.
“Hubo un examen forense que dio como resultado algún traumatismo leve, lo que no hay es una vinculación entre ese traumatismo y que haya sido motivo de algún tipo de agresión. No hay testigos, fotografías, no hay forma de vincularlo. Por eso se va a tomar la declaración de otro testigo y ver si la denuncia tiene algún tipo de asidero o no”, explicó el juez Roberto Timbal.
