La jueza que procesó a Mónica Rivero ordenó pericias en el celular y la computadora.
Mónica Rivero, contadora de la empresa Julio César Lestido durante más de 20 años, se negó a declarar ante la jueza Ana Ruibal. Sin embargo la prueba documental alcanzó para procesarla.
Se pudo establecer que “realizó diversas maniobras fraudulentas que indujeron al error de la empresa” escribió la jueza en la resolución.
“Manejando la indagada cajas de seguridad de la empresa, en donde se guardaba dinero en efectivo de la empresa y de las sucursales, se apoderaba de grandes sumas de dinero realizando, paralelamente, registros contables que no se correspondían con la realidad”.
También “falsificaba estados de cuenta a proveedores” y falseaba los datos de los saldos activos y pasivos cuando remitía información a la empresa KPMG que realizaba la auditoría externa.
En el correr de por los menos diez años “se apoderó fraudulentamente y mediante engaño de importantes sumas de dinero que, según estimación realizada por la parte denunciante, asciende a US$ 7:622.233 y $ 1:435.044” según el auto de procesamiento.
Al detenerla se incautó US$ 11.410. Según la jueza surge de la documentación “que el dinero obtenido por la indagada fue utilizado en viajes, compras, estadías y juegos de azar en el Hotel Conrad de Punta del Este”.
Por todo esto la jueza accedió al pedido de la fiscal Raquel González y procesó con prisión a Mónica Rivero por un delito continuado de estafa y un delito continuado de falsificación de documento privado.
Dispuso además que se realicen pericias a la computadora y al celular incautados en la casa donde vivía la contadora.
