Madre de Brissa cree que la presión de otros presos indujo al suicidio del asesino: "Sabía el destino que iba a tener"

"El sufrimiento más grande para él era vivir".

El médico forense confirmó que el homicida de la niña Brissa González se suicidó. El Instituto de Cárceles justificó el traslado al Comcar por la necesidad de descongestionar Cárcel Central.

Se había prorrogado la medida cautelar que se estaba cumpliendo para que Williams Pintos estuviera en Cárcel Central, donde estaba recluido desde fines de noviembre a la espera del juicio previsto para este mes.

Sin embargo, el sábado el hombre que confesó haber abusado de Brissa y haberla matado fue trasladado al módulo 12 del Comcar.

El martes a las 10:00 de la mañana lo pasaron al módulo 11 y dos horas después apareció muerto, colgado de una ventana.

Utilizó un cable. El surco era notorio, dijo a Telemundo el fiscal Juan Gómez, quien estuvo en el lugar acompañado por el médico forense.

El cuerpo no tiene lesión externa. Es 99 % suicidio, le dijo el médico al fiscal. Las autoridades le dijeron a Gómez que el traslado al Comcar se tuvo que hacer porque había superpoblación en Cárcel Central.

Una versión de que el hermano de Brissa trabaja en el módulo 11 fue descartada por el fiscal, aunque confirmó que trabajó antes en ese lugar.

Gómez había pedido la pena máxima para pintos: 30 años de penitenciaría y una extensión de 15 años por seguridad.


En tanto, la madre de Brissa González cree que otros presos indujeron a Williams Pintos al suicidio. En este sentido, dijo que le genera “bronca” que el homicida de su hija no haya llegado a juicio.

Ana Paula Gerez confirmó que su hijo trabajó en el módulo 11 del Comcar y que sus compañeros pidieron que Pintos no fuera trasladado a esas instalaciones; por esa razón, lo llevaron al 12. Sin embargo, luego lo llevaron al 11, donde finalmente se suicidó.

“Es muy difícil precisar quién le alcanzó el cable, pero pienso que son situaciones que hay que prever para este tipo de gente. Esta gente necesita una condena, pero este hombre merecía vivir porque él tenía que sufrir viviendo. El sufrimiento más grande para él era vivir.

Él nunca declaró que la mató, ni nunca dijo cómo lo hizo, ni dónde la puso ni lo que le hizo.  Pintos no era una persona suicida. Si se hubiera quedado en Cárcel Central no se suicidaba.

Lo indujeron a hacer lo que hizo. Una persona con el perfil de él, sabiendo cómo son despreciados por los otros presos… es un código carcelario que todos conocen y ya saben el destino que van a tener”.


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