La directora de Políticas de Género del Ministerio del Interior dijo además que hay que averiguar con la Justicia y la Fiscalía por qué el femicida no tenía tobillera electrónica.
Rosana Batista, de 29 años, había denunciado a su expareja y la justicia le impuso una medida de restricción para que no se acercara a ella. No la cumplió y la amenazó. Rosana pidió ayuda por segunda vez, pero el incumplimiento no tuvo consecuencias judiciales.
Como siempre hay una relativización en estos temas, si se tratara de otro delito no sé si el incumplimiento a la medida judicial no terminaría con otras consecuencias.
Zabaleta dijo que no le corresponde evaluar la actuación de la justicia y de la Fiscalía, pero cree que cada institución debe hacer su autocrítica porque el Estado falló.
La resolución última para que cumpla con la medida cautelar fue de la Justicia, sería importante conocer qué participación tuvo Fiscalía en ese sentido, si pensó en formalizarlo y no dio el tiempo, pero son cosas que debe responder el Poder Judicial y la Fiscalía.
Rosana había estado en pareja con el femicida desde que ella tenía 14 años y él 23. Eso también llama a reflexionar, dijo Zabaleta.
Lo naturalizamos bastante pero tendríamos que tomar conciencia de que esas diferencias generacionales también importan, sobre todo por cómo resolvemos los conflictos.
