"Si no sos mía, no vas a ser de nadie", le dijo el hombre que mató a su esposa en Florida

Según estableció la fiscal, el hombre actuó con premeditación, además de odio y desprecio hacia la mujer.

En el pedido de formalización, la fiscal Gabriela Rusiñol relata que el hombre de 53 años, de iniciales W.A.H.S., estaba casado con Adriana Fontes desde hace 29 años y tenían tres hijas.

El 28 de agosto ella lo denunció por violencia doméstica. En ese momento dijo que “habían tenido una discusión el viernes anterior donde ella se retiró a otro dormitorio”. En un momento él le dijo: “SI NO SOS MÍA NO VAS A SER DE NADIE”.

Esa misma frase le dijo a una de sus hijas y a la fiscal durante el interrogatorio. Al día siguiente ella se fue a vivir con su madre en Florida.

Sin embargo llamó por teléfono para dejar sin efecto la denuncia, y el 30 de agosto lo hizo por escrito. Dijo que había dialogado con su esposo y “que habían quedado en buenos términos”. Pidió “que no concurriesen a citar o molestar” al hombre que “estaba tranquilo y no quería ponerlo nervioso con la denuncia”.

Fue entonces cuando el hombre planificó el femicidio. Le dijo a la mujer que él se iba a hacer una changa en Paso Severino, y le pidió a ella que fuera a alimentar a los perros.

En la mañana del martes, la directora de la escuela rural donde trabajaba Adriana Fontes como cocinera, la llevó desde Florida hasta la casa. La docente dijo que la víctima “quería retirar unas pertenencias del hogar (entre ellas una olla Essen)”.

La mujer entró a la casa y se subió a una silla para alcanzar la olla, cuando fue sorprendida por su esposo que estaba escondido en el cuarto y la atacó con un martillo maceta y un cuchillo de 13 cm de hoja. Por la espalda le asestó cuatro macetazos en el cráneo y luego tres puñaladas en el tórax y región lumbar.

Se lavó las manos, cubrió el cuerpo de la víctima con una frazada, se cambió de ropa y se fue a la seccional policial a entregarse.

El martillo maceta se encontró debajo del colchón de una cama del cuarto de una de las hijas, y el cuchillo fue ubicado en un latón en el mismo cuarto.

Ante la fiscal “manifestó específicamente que sentía rabia hacia su ex pareja, porque sospechaba que estaba manteniendo vínculo afectivo con otra persona”.

Con la confesión y todas las evidencias, la justicia dictó prisión preventiva por 180 días para el hombre, por homicidio especial y muy especialmente agravado.

La fiscal estableció que actuó con premeditación, y que existió motivación femicida que “radica en definitiva en la misoginia, esto es el odio, el desprecio y menosprecio de la mujer y su cosificación”.

Para el delito por el que fue imputado, la pena mínima es de 15 años y la máxima de 30.

Declaraciones de la fiscal Gabriela Rusiñol

 


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