La prueba era un audio en el que su hijo relataba el abuso pero se constató que la niñera que lo cuidaba manipuló esa grabación.
La historia publicada por el diario El Observador relata cómo la vida de Humberto Cabrera cambió de la noche a la mañana. Tenía un hijo de seis años y otro de meses de edad. Una mañana llegó la Policía a su casa y lo detuvo. Lo llevaron de Piriápolis al juzgado de Maldonado y le indicaron que tenían pruebas de abuso hacia su hijo.
Su niñera denunció por golpeador, abusador, alcohólico y drogadicto, y a su pareja por cómplice del abuso.
La Justicia en primera instancia lo consideró culpable y fue procesado con prisión. A la madre de los niños no pudieron encontrarle pruebas para vincularla, el caso pasó a un Juzgado de Familia que luego le quitó la tenencia de los niños. Los abuelos maternos se hicieron cargo, y hasta el día de hoy ambos viven con ellos.
Luego de 14 meses y seis días preso, el Tribunal de Apelaciones absolvió a Humberto y quedó libre.
El tribunal por unanimidad señaló que la prueba fundamental en la que se basó el juez Marcelo Souto en primera instancia “flaquea”.
Esta prueba es un audio de WhatsApp en el que el niño de seis años cuenta el supuesto abuso, pero los magistrados consideraron que este cuento fue “guiado” por la niñera.
Cabrera dijo a El Observador que quiere recuperar el tiempo perdido con sus hijos y le hará un juicio al Estado por prisión indebida.
La psiquiatra Jacqueline Maidana dijo que el hijo de Cabrera estaba enojado porque la niñera lo engañó. Dijo que le prometió regalarle un Ricardito y un paquete de galletas si prometía contar un secreto malo de sus padres.
La familia, luego del procesamiento de Humberto, presentó una denuncia penal por injurias, manipulación de menor y otros delitos.
