Un policía disparó contra sus hijas y murió abatido por la Policía

El hombre ya tenía una denuncia por violencia doméstica y se le había retirado el arma de reglamento.

Pocas cuadras al norte de la Ruta Interbalnearia, en el municipio Nicolich en Canelones, está el barrio Colinas de Solymar en las calles Himalaya y Kilimanjaro. Hasta allí llegó en la mañana de este miércoles el policía Víctor Adrián Alvez Cuello, de 42 años.

Ya pesaba sobre él una orden de detención porque el día anterior había amenazado una vez más a su exesposa.

“Justo ayer me la encontré y me dijo que se sentía amenazada por el esposo y que tenía miedo por ella y por las nenas. Él venía casi todos los días a la casa. Ella estaba muy atemorizada, incluso le gritaba a la nena: metete para adentro”, dijo Evelyn, una de las vecinas de la familia.

Cuando la exesposa lo vio venir avisó a la Policía. Víctor Alvez vio llegar a los agentes y forzó la puerta. Disparó sobre sus hijas hasta que fue abatido por la Policía.

“Miré por la ventana y vi a la muchacha pobrecita con la niña, no podía creer lo que estaba mirando. Le dije: vení para adentro y ella me dijo: llamá a la ambulancia”, contó Luisa, otra vecina de la familia.

Las niñas fueron trasladas a Montevideo al Hospital Policial.

“Llegaron con heridas de bala, la niña de 12 años con una herida de tórax, pasó a block quirúrgico y está en CTI y la otra con una herida de bala en la cara, que está en el CTI pediátrico. Hay que esperar cómo evolucionan, son heridas de consideración, no son gravísimas pero están en estado delicado”, contó el médico Fernando González de la Emergencia del Hospital Policial.

La niña de cinco años tiene dos heridas de bala, una en el espacio supreaesternal, en la región anterior del cuello, y la otra en la mandíbula. Quedó internada para control.

La niña de doce años, que fue operada, tiene una herida de bala que le provocó hemoneumotórax, es decir, aire y sangre en el espacio pleural.

El agresor fue denunciado por violencia doméstica en el 2015. Se le retiró el arma de reglamento y se le prohibió acercarse a su domicilio. Pasó a cumplir tareas de fajina en la zona II de Montevideo. Dos años después seguía sin el arma pero mantenía contacto fluido con su familia.

“Lo veíamos como una persona normal. Venía casi todos los días a la casa de ella”, contó una vecina de la familia.

El martes su exesposa denunció un nuevo caso de violencia doméstica. Intervino la unidad especializada de violencia doméstica de Colonia Nicolich que elevó el caso a la Justicia.

El magistrado ordenó la detención del policía y que se revisara su vehículo para establecer si tenía un arma. La tenía. Un revólver calibre .32 con el que llegó a la casa de la calle Himalaya este miércoles. La disparó contra sus hijas antes de ser abatido.


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