Vecinos de Cordón y La Comercial tienen terror de hablar sobre la realidad que viven: temen represalias y afirman que quedan muchos cabos sueltos

“Un infierno”, así describen vecinos y comerciantes de la zona donde se realizaron los tres allanamientos este domingo.

Los allanamientos del domingo fueron bien recibidos por los vecinos de las zonas de Cordón y La Comercial, donde se realizaron. Sin embargo, todavía tienen mucho temor de hablar y prefieren esperar a ver si los detenidos son efectivamente encarcelados.

El primero ocurrió en el edificio de la esquina de Palmar y Mario Cassiononi llamado Iberia. En frente a La Española.

Las cosas cambiaron drásticamente en el mes de julio. De ser una residencia común pasó a albergar a un vendedor de pasta base que usaba las instalaciones como centro de venta y distribución de la droga. El apartamento 304 que siempre había alojado a una familia cambio cuando falleció el padre y su señora se mudó. El que quedó en la vivienda fue el hijo, un joven de 35 años adicto a las drogas que no demoró muchos días en llevarse a su proveedor directo a su casa a cambio de tener la droga sin costo.

Los vecinos recuerdan el día de la mudanza cuando el Macu como le decían paso la puerta de entrada y empezó a poner la toalla roja en la ventana del tercer piso en señal de que era allí donde la sustancia estaba a la venta. A cualquier hora había bocinazos, silbidos y gritos, tiraban la droga desde la ventana del tercer piso y a veces dejaban a cambio bicicletas y motos robadas a modo de pago. Lo peor fueron los últimos tres fines de semana de setiembre cuando los balazos se repitieron en la esquina en más de seis oportunidades.

A pocas cuadras de allí en 20 de setiembre y Palmar funcionaba la boca anterior del Macu, aquí vendía la droga junto a su expareja hasta que tuvieron diferencias. A partir de entonces se mudó al edificio Iberia y comenzó una guerra por el territorio.

Aquí los vecinos se cansaron de hacer denuncias sin éxito, a uno de ellos le entraron a la casa y tuvo que enrejar la puerta para que no se le metieran adentro. Mugre, materia fecal y amenazas eran parte de la escena diaria. En este punto donde dormían, comían, vendían drogas y tenían sexo a la vista de todos.

El último de los allanamientos fue un poco más lejos aunque no se descarta que tenga relación con los otros dos. Fue aquí en Acevedo Díaz y Nueva Palmira, dentro de esta vivienda se llevaron a dos personas un hombre y una mujer, aunque los vecinos aseguran que hay por lo menos cinco más allí dentro que se dedican a vender droga y son peligrosos que los otros.

El denominador común de estos operativos: los vecinos tienen terror a hablar temen represalias y dicen que quedan muchos cabos sueltos todavía.


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