Por primera vez en casi siete meses de cuarentena, el manejo que hizo el gobierno argentino de la crisis por el coronavirus registró una percepción mayoritariamente negativa

Las medidas más extremas de prevención de contagios, como el aislamiento social preventivo, aumentaron su rechazo entre la población.

 

Los datos -a los que accedió  el diario La Nacion- se desprenden de una encuesta realizada en los últimos días por la consultora Poliarquía que midió distintas variables sobre el manejo de la pandemia.

 

Después de más de 200 días de cuarentena, el indicador de aprobación del presidente Alberto Fernández sobre el manejo de la pandemia obtuvo por primera vez un diferencial negativo: la desaprobación de su gestión subió tres puntos en septiembre y alcanza el 47%, mientras que la aprobación es del 43%, según el sondeo de poliarquía.

El aislamiento social y preventivo, que el viernes fue renovado por el gobierno para distintas zonas del país, supo tener al comienzo de la pandemia una aceptación generalizada como método para contener el avance del coronavirus.

 

Ya con el pico de casos superado en el área metropolitana de Buenos Aires, el acuerdo con esas medidas (48%) se encuentra por primera vez prácticamente en valores similares al desacuerdo (45%).

La ciudad de buenos aires concentra los rechazos a la cuarentena, mientras que el conurbano registra valores estables en los últimos meses.

Los consultados que consideran que debe continuarse con la flexibilización de la cuarentena creció en 4 puntos porcentuales hasta llegar al 46% del total.

El impacto del coronavirus en la situación económica, que al comienzo de la cuarentena era menos tangible en el presente, ahora continúa en ascenso: el 60% de los consultados por poliarquía asegura que está peor en términos económicos en comparación a su situación previa a la pandemia, un número que creció un 6% sólo durante septiembre.

Salud o economía, el dilema que se planteó en todo el mundo por la pandemia, en argentina parecía una discusión saldada al comienzo de la crisis, de la mano con las restricciones dictadas por el gobierno. Hoy, sin embargo, la opción de privilegiar la salud alcanza su valor más bajo con el 48%, mientras que al comienzo de la pandemia superaba el 80%.

 

 

 


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