Desde camisetas y calzado deportivo, hasta prendas de alto diseño. Enterate para qué se usa la lana fina producida en el país.
En marzo, trascendió la noticia de que un establecimiento lanero en Durazno produjo la lana más fina en la historia del país. La industria lo celebró, ¿por qué esto es una buena noticia? Para entenderlo primero tenemos que repasar cómo es el proceso de producción de lanas.
El primer paso es la producción. Es decir, extraer la lana de las ovejas a través de la esquila.
El segundo paso es el procesamiento primario: la lana se lava y se peina. Del total del material extraído, un 70 % es fibra de lana utilizable. El otro 30 % es sudor del animal, grasa lanolina (que se vende muy bien en la industria de la cosmética) y polvo. Todo eso se saca y una vez que la lana está limpia y peinada se empieza a ordenar, a paralelizar. Se hace el cardado de lana y eso termina siendo una cinta peinada de lana que se llama top. El tercer paso es el hilado. El top se separa y alarga hasta formar un hulo de lana del que se hacen telas. El cuarto paso es la confección.
Hoy en Uruguay la lana puede salir de tres formas. Más de 50 % sale como tops y se vende a hilanderos. En segundo lugar, puede salir solamente lavado. Y en tercer lugar, sale sucia y sin procesamiento.
El grosor de la lana se mide en micras. Si bien los números del micraje oscilan, por lo general se consideran estos valores: gruesa es de 29 micras o más, lana media es de entre 19 y 28 micras, y la lana fina es de menos de 18 micras. La lana ultrafina (la más requerida del mercado) que salió de Durazno fue de 12,9 micras.
La lana fina es la que ingresa al mercado de la vestimenta, que es el mejor paga por la materia prima, y es materia prima innovadora en un montón de prendas que antes no imaginábamos que podían ser hechas con lana.
Es probable que cuando pensamos en prendas de lana lo primero que nos venga a la mente sean abrigos gruesos, pesados y que pican la piel.
Pero, ¿sabías que con lana también se están haciendo camisetas de fútbol, pantalones de verano o calzado deportivo?
En los últimos años, la ciencia y la industria fueron capaces de desarrollar genéticamente lo que se conoce como lana fina o lana ultrafina. Esta es una fibra textil sumamente especial y que llevó a la lana a los estándares más altos en la industria de la vestimenta.
La lana fina es una lana, como su nombre lo indica, de un diámetro muy delgado que está revalorizando a este textil por su calidad superior. Sumado al largo, la resistencia y el color, el diámetro de la lana es lo que puede hacer que un productor venda un top más caro o más barato dentro de un mercado internacional que tiene a China como su principal cliente, explicó a Telemundo el ingeniero Roberto Cardellino, que trabaja hace décadas en el rubro.
Aún así, el mercado de la lana sigue perteneciendo a un nicho y es tres veces más cara que las fibras plásticas. Se estima que la lana solo se utiliza en el 1,5% de las prendas que hoy se producen ya que el algodón y las fibras sintéticas, derivadas del petróleo, dominan la industria del fast fashion o la moda rápida.
Pero es precisamente ese carácter de “lento” o “natural” lo que posicionó a la lana fina en el rubro de la moda sustentable. Mientras que una prenda sintética es utilizada un promedio de 8 veces a lo largo de su vida útil, la de lana puede durar años. Y lo cierto es que, además de los abrigos tradicionales, la lana fina se hizo un lugar como materia prima para prendas como camisetas de fútbol, calzado y hasta vestidos de verano.
Esto se explica porque debajo de cierto micraje, la lana tiene escamas tan suaves que no pican en contacto con la piel. Su textura se asemeja a la del algodón e incluso a la de la seda. Además, que sea fina no la vuelve un producto de peor calidad sino al contrario: la lana fina puede absorber el 30% de su peso en humedad.
Esto logró que firmas de peso como Armani se interesen en la producción de prendas con estas características y también que diseñadoras como Gabriela Hearst estén llevando la lana uruguaya a las pasarelas más observadas de Nueva York.
En Uruguay son varias las marcas que se ocupan de todo el proceso de confección de la lana textil, pero no todas trabajan con lana fina, una fibra que llegó para quedarse y que es muy difícil de obtener. Se necesita experiencia, ciencia y tecnología. Es por eso que, por ahora, se mantiene reservada para los clientes más exigentes.
