La OMS llama a concientizarse en el Día del Paciente Trasplantado

En 2016 unos 38 pacientes fallecieron esperando recibir un trasplante de órgano.

Este martes 6 de junio se celebra el Día Mundial del Paciente Trasplantado. Si bien en Uruguay se le da mayor importancia al Día Nacional del Donante, en noviembre, en esta fecha la Organización Mundial de la Salud invita a reflexionar sobre la necesidad que tienen millones de personas de trasplantes como la única forma de seguir con vida. Eso nos hace cuestionarnos cómo está nuestro país respecto a los trasplantes y la donación de órganos y tejidos.

En Uruguay se realizan anualmente unos 600 trasplantes de todo tipo, un 22 % de órganos, 61,5 % de tejidos y 16,5 % de células. Según datos del Instituto Nacional de Donación y Trasplante, el promedio de personas en lista de espera para trasplante de órganos oscila entre 600 y 700 anualmente y los menores nunca superan el 12 %.

Al 31 de mayo de este año, había 470 pacientes en lista de espera y 66 trasplantados. En 2016 hubo 154 trasplantados y en 2015 hubo 119.

En Uruguay hay transparencia y equidad de acceso gratuito a las terapias del trasplante y la evolución de los pacientes trasplantados está al nivel de los países del primer mundo.

Desde setiembre de 2013 está en vigencia la ley que establece que todos los uruguayos son donantes, excepto aquellos que expresen lo contrario ante el registro nacional de donantes.

Con semejante marco legal, similar al de España que es referente mundial en la materia, Uruguay es pionero a nivel regional, con una tasa de donación que casi triplica la media de América Latina y el promedio de trasplantes por millón de habitantes, lo que lo hace el más alto de Sudamérica.

Las expresiones negativas respecto a la donación descendieron drásticamente desde la entrada en vigencia de la nueva ley. Sin embargo, sigue existiendo demanda insatisfecha y algunos pacientes fallecen esperando un órgano: 38 el año pasado y 47 en 2015.

Ezzio Stratta tiene dos años y nació con una cardiopatía con miocardio no compactado. Sus padres y médicos se percataron de su enfermedad al ver que no tenía fuerzas para comer.

En julio 2016 sufrió una fuerte descompensación e ingresó a la lista de espera urgente para recibir un trasplante de corazón.

“Es muy difícil la espera porque uno lo ve bien pero un resfrío o gripe lo descompensa mucho y va internado. Cada descompensación deja su corazón más débil y son cada vez más seguidas”, contó la madre del niño.

Ezzio solo se alimenta por sonda nasogástrica y sufre de insuficiencia renal como consecuencia de la cantidad de medicamentos que toma.

Ocho de los 21 menores que ingresaron en lista para trasplante cardíaco desde 2008 fallecieron; tres siguen esperando.

La población uruguaya comprende en general que todos pasamos a ser donantes a menos que expresemos lo contrario, pero muchos desconocen que los menores de edad sólo son donantes si sus padres o tutores lo autorizan al momento de su deceso, o si la causa de muerte amerita pericia forense.

Si a esto se suma que para ser donante la muerte debe ser encefálica (sólo el 1 %), vemos que los números son muy escasos, por eso los médicos deben hacer el mayor esfuerzo al momento de constatar la muerte de un posible donante, manteniendo los órganos oxigenados y dando noticia de inmediato al INDT para que se activen los mecanismos previstos.

Luego, el equipo del instituto, coordinando la donación si no hay oposición del fallecido o solicitando la autorización de los padres cuando se trata de un menor. Veamos cómo manejan este momento tan difícil los especialistas y qué recomiendan.

 


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