Por qué los cristianos no comen carnes rojas el Viernes Santo y el origen de otras tradiciones

La comida es tan importante para los seres humanos que históricamente está asociada a valores culturales que no tienen nada que ver con la nutrición. Según un informe de la Unesco, de esta forma el alimento, además de satisfacer una necesidad humana esencial, también es capital de identidad cultural.

Se estima que cerca de 2.500 millones de personas en todo el mundo se identifican como cristianos. Y cada año, por estas fechas, los devotos recuerdan lo que se conoce como la Pasión de Cristo. Esto es la llegada de Jesús a Jerusalén, posteriormente la última cena y finalmente su muerte y resurrección.

Y es habitual que muchas personas, no solamente religiosos, celebren estas fechas de Semana Santa siguiendo la tradición católica de no comer carne el Viernes Santo. Algo que en muchas partes del mundo se sustituye con pescados y mariscos.

Ahora bien, ¿por qué no se come carne concretamente el Viernes Santo? En esta fecha, los católicos recuerdan la crucifixión y muerte de Jesús, uno de los días más importantes en el almanaque cristiano. De esta forma, la Iglesia exhorta a sus fieles a no comer carne roja como una señal de respeto y purificación.

Al mismo tiempo, en la época de Jesús la carne era consumida más que nada en banquetes y celebraciones. Es por eso que hoy, una fecha entendida como de duelo y penitencia para los cristianos, no consumir carne es una señal de respeto, reflexión y sacrificio.

La carne, considerada un lujo en la mayoría de las culturas, está prohibida o al menos limitada en la tradición de otras catorce religiones. Sin ir más lejos, los hindúes consideran a la vaca como un animal sagrado e incluso la matanza de ganado en India está prohibida en más de una docena de estados.

Al mismo tiempo, las religiones judías y musulmanas no consumen carne de cerdo porque así lo dictan sus respectivos textos sagrados.

Una rama del budismo, por su parte, tampoco elige comer carne pero esta vez por respeto y compasión por los animales.

Este es apenas un puñado de ejemplos de cómo la cultura y la religión van moldeando tradiciones con siglos de historia. Tradiciones que, al mismo tiempo, se van adaptando y transformando en las sociedades actuales.


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