Entrevista completa de Código País al presidente electo de la coalición de izquierda.
¿Se sorprendió con el triunfo?
No sé si me sorprendió, sin dudas uno aspiraba a serlo pero el hecho consumado le genera a uno: ah mirá.
¿Cuándo se dio cuenta que podía ser cierto?
Tal vez el lunes siguiente que ya había datos que perfilaban que era una chance cierta.
¿Y en la calle qué veía?
Es muy difícil porque uno tiene datos y esperanza y eso se confunde. Los que lo rodean a uno le dicen: venimos bien. Además, hay un tema de cuidarse a uno mismo, uno es un ser humano común y corriente con sus cosas. Hay que intentar tener la cabeza fría.
¿Por qué dice que era el peor de los candidatos para los partidos tradicionales?
Lo dije claramente. Yo creo que es muy difícil hablar de uno mismo, yo quiero combatir como posición personal la soberbia en la política. Yo creo que ese es uno de los problemas en la política. Eso es una mala política y genera rechazo en la población. Sin perjuicio de eso creo que es más conveniente para la oposición en términos electorales un FA con una idea más polarizada. No es mi historia. Mi historia es la del diálogo y el no agravio pero también de convicciones muy firmes. Yo creo en un tipo capaz de dialogar razonablemente incluso en la diferencia.
Estas elecciones se dio esa tendencia a la baja, votó el 45 % menos que en 2012. Además un alto porcentaje de voto en blanco y anulados. ¿Qué lectura hace?
Es interesante analizar los números, son datos políticos que no hay que obviar. El número total de votantes, 95.000, está mucho más cerca del alivio que de la alegría. Es una cifra significativa importante, el principal partido político del Uruguay obtiene una votación que es importante, quiero ver cuántos partidos son capaces de hacer esto, sin ánimo de subestimar a los partidos. Además, cuando algunas visiones daban una votación sensiblemente menor. Es una buena votación. Es una votación significativamente inferior a cuatro años atrás, ese dato es absolutamente relevante y merece análisis. Uno hubiera querido una votación mucho más alta. Por eso digo que no es para festejar, es para mirar con cautela y analizar que hay una no concurrencia de un número significativo del FA.
Los votos en blanco tienen dos análisis, políticamente pesa el resultado y no los votos en blancos, pero no hay que ignorarlos. Un 15 % de voto en blanco a Presidencia, un 25 % en blanco a las listas sectoriales y más de un 40 % en blanco a las bases. El 15 % a la Presidencia no es distinto al volumen de 2012, el 40 % sí es un dato muy importante y creo yo a primera lectura que es un fuerte llamado de atención al conocimiento del votante frenteamplista.
Más allá de los estudios profundos ¿usted qué percibe?
Hay un montón de factores que están incidiendo, muchos años de gobierno generan un desgaste. Los candidatos a la departamental expresamos que éramos conscientes que hay un número significativo de votantes que están disgustados. Gobernar implica generar juicios de no satisfacción y eso se traslada legítimamente a la fuerza política.
Cuando se habla del voto de los "enojados"...
Es absolutamente legítimo. Yo quiero insistir en la mirada, yo no tengo ningún problema en discutir, pero el dato más relevante es que hay 95.000 votos, que hay una elección a padrón abierto que expresa muchas cosas. La lectura de la elección no se puede reducir a la baja con respecto a 2012 ni con respecto al voto en blanco. No quiero encerrarla discusión en esos temas, es perder de vista que hubo 95.000 votos.
Cuando hablamos del 40 % de votos en blanco a las bases ¿eso no está indicando que la gente no está yendo al comité de base, que la gente no participa?
Lo que uno puede opinar es: la representación o expresión privilegiada de participación ¿debe ser el comité de base? Cambió el mundo. Yo promuevo el fortalecimiento de la instancia territorial pero sin dudas no puede ser la única expresión. En 1971 cuando se funda el FA en la capital había un teléfono cada tres hogares, hoy hay un celular en cada bolsillo. Cambió la forma de participar y la forma de participación política también tiene que evolucionar. Eso no quiere decir eliminar el comité de base, sería suicida, hay que multiplicar las formas de participación para que la gente se sienta más cómoda y para que la participación sea pertinente.
Usted es el presidente del FA pero las mayorías más importantes las tienen otros sectores ¿eso no hay que cambiarlo?
Una elección nacional no es una interna que elige autoridades. Yo creo que la elección interna del FA no refleja la elección nacional porque su objeto es distinto. Hay otro tema que tiene que ver con la representatividad de los frenteamplistas. Creo que atrás de la pregunta que me hace, hay una especie de preconcepción de un FA polarizado entre mujiquismo y astorismo que es una caricatura que se ha instalado pero que no refleja la realidad. Exacerba rasgos reales pero no refleja la realidad. El FA es una coalición, no es una unidad ideológica, nunca lo fue, no se planteó originariamente así.
A veces un grupo dentro de la fuerza política tiene más peso en la interna a la hora de esbozar un programa que no termina de representar a la gente que vota en las urnas...
Pero la gente vota el programa, que se votó tres veces seguidas: en 2004, en 2009 y en la última elección nacional. Yo no quiero dejar la imagen de que está todo bien. Hay que separar: la elección nacional funciona de una manera y la interna de otra. La participación en la construcción de una fuerza política es esencial. Es quien elabora el programa, lo propone y vota en la elección nacional. Me parece legítimo.
Uno mira que en octubre el FA recibió más de un millón de votos y ahora votó un 10 %. Y esos son los que terminan decidiendo qué tiene que hacer el gobierno. El Plenario del FA aprobó la salida de Uruguay del TISA, o aprobó la declaración de apoyo a la gestión de Sendic, no creo que la mayoría del FA esté de acuerdo con eso...
Lo que hay es una expresión partidaria que luego el votante del FA que respalda al gobierno nacional. El problema en este tipo de diagnóstico es que la sensación que uno tiene es que se está cargando en la falsa representatividad del FA. Yo no creo que en el FA esté todo bien, creo que el FA tiene que ser profundamente crítico y creo que lo es. Pero no se puede tampoco en el análisis estar intentar comparar la votación de un millón de personas que votan programas nacionales con una elección de la estructura de un partido. Tampoco al PN lo representaría la elección nacional. Eso no quiere decir que la fuerza no tenga que ser crítica, reconocer errores, asumirlos y discutirlos.
El PN y el PC reconocen el voto de las internas...
Pero votan convención en elecciones primarias que están eligiendo candidato a la Presidencia, no es comparable, son cosas distintas.
Pero el FA utilizó esas elecciones para elegir al vicepresidente...
Eso me parece absolutamente legítimo. Las primarias son legítimas.
Usted fue el único de los cuatro que dijo que había que reestructurar ¿cómo lo va a hacer? ¿lo piensa hacer?
Sin dudas. El FA tiene que tener mucha más capacidad de cercanía con la gente. Es notorio, expresar mucho más al frenteamplista. Yo utilicé una expresión muy dura hacia la izquierda en la campaña. La oligarquía de conducción. Es un sacudón para desafiar a la discusión. Yo no quiero un FA de aparato que juegue de espaldas a sus adherentes y que no logre captar más adherentes. Hay que aumentar la participación. Uno fue poner en juego mi trayectoria de independiente, no venir de la estructura partidaria y hacer énfasis en volver a los valores seregnistas de la búsqueda de los consensos, no para derrotar a otros si no para llegar a acuerdos. No a una lógica de una democracia interna plebiscitaria donde las mayorías derrotan a las minorías. Discutamos a partir de las diferencias, busquemos puntos en común y logremos acuerdos. Ese es uno de los desafíos. Pongo en juego mi independencia, mi no sospecha de intentar acumular en un proyecto personal que no lo tengo, no voy a integrar la fórmula en 2019. Garantías de no estar acumulando para un sector o un proyecto. Y creo que eso fue lo que se destacó.
Uno se pregunta ¿qué tipo de relación se imagina usted con el gobierno nacional, los departamentales o el Parlamento?
Con el Parlamento tenemos instancias cotidianas de vínculo que me parecen sumamente importantes. Con el gobierno nacional hay que profundizar el diálogo, un diálogo franco y que me gustaría institucionalizado. Yo tengo una excelente relación con el presidente y con los ministros, pero tiene que ir mucho más allá de las personas. Hay que buscar caminos de diálogo institucional. Y con los gobiernos departamentales es fundamental (...).
¿Ya habló con Vázquez?
Ayer me llamó, fue un honor, una conversación de felicitaciones y afecto y de: se viene una nueva etapa. Yo asumo el mes que viene.
¿Cómo se imagina los encuentros con el presidente?
Es diálogo, cuáles son los temas de la agenda, me lo imagino con cierta regularidad con el presidente y su entorno. Me imagino un diálogo regular analizando temas.
Un diálogo que no se ha dado mucho hasta ahora...
No sabría decirle. En el último año seguro que no, hace un año el FA hizo cesar a la presidenta electa, no hubo una presencia única con una conducción clara.
¿Cómo vio esa situación que vivió Mónica Xavier?
Yo hubiera preferido que no la cesaran, Mónica hizo una buena Presidencia, jugó un rol de renovación bien interesante. En el último año hubo dificultades por falta de conducción visible en el FA. No fue una medida acertada pero no se cuestiona la legitimidad.
Le preguntan constantemente por el tema de Raúl Sendic...
Fue un error de Sendic sin dudas, pero ¿Es realmente trascendente en la institucionalidad del país? Lo que está en juego es la confianza.
¿Debió renunciar Sendic?
No. Yo no soy nadie para decirlo, Sendic es una persona grande con trayectoria que sabe lo que hace.
La semana pasada una diputada alemana renunció a su banca y pidió miles de disculpas por mentir en su currículum...
A mí me parece excesivo. La discusión es sobre la credibilidad. Se debió haber aclarado francamente hace meses. Pero es un episodio anecdótico. ¿A usted le parece que la Presidencia del Senado está en manos del Senado? Me parece excesivo. Yo creo que la exposición pública de los que hacen política se miden luego en este tipo de resultados.
¿Y de la gestión de Ancap qué dice?
Yo creo que ha habido explicaciones, informes y discusiones. El deber de la buena gestión es absolutamente central. ¿Quiénes integraban el directorio de Ancap en el período pasado? No es solo Sendic. Es el tema de la personalización de la gestión en una persona.
Él hablaba de su gestión en Ancap y la vendía...
Esa es su opinión y la respeto. Creo que la buena votación de la lista 711 en las internas del FA obedece a mucho más que eso. Esto es una polémica de puntos de vista distintos, yo respeto su opinión que es la de un analista político, un ciudadano que está en un medio de comunicación masivo. Yo no creo francamente que la proyección política de Sendic se basara únicamente en su proyección en Ancap. La gestión de Ancap no es personal, es colectiva. Yo no quiero minimizar la preocupación que tenemos que tener por la buena gestión que tiene que tener el FA, hay que gestionar bien y con seriedad y hay que rendir cuentas. Si hay un déficit hay que estudiarlo y bajarlo.
¿Cómo vio usted la situación de discusiones y polémicas por la Rendición de Cuentas?
Ese es el proceso democrático, la discusión de ideas y llegar a acuerdos. Me preocupa que dé mucho trabajo llegar a esos acuerdos y que aparezcan actores políticos desmarcados, pero no creo que sea una mala cosa que haya disidencias y se negocie, en eso consiste la democracia. Sobre todo en materia parlamentaria.
¿Su rol cómo sería en todo esto?
De articulación y diálogo. Me imagino eso, el presidente del FA tiene que tener como una de sus principales funciones la articulación y búsqueda de consensos. Pero no es la única tarea.
¿Qué opina de la polémica entorno a las exoneraciones fiscales a las empresas que aportan a las Universidades privadas?
Creo que es un tema menor que no entiendo por qué se magnificó. Agregó un factor de polémica que no era necesario. No vale la pena discutirlo sobre la hora de la Rendición de Cuentas. Pero sí vale la pena dar la discusión.
¿Qué le parece la idea de la reforma constitucional?
El FA lo tiene previsto desde hace muchísimo tiempo, pero no ha definido el mecanismo. Lo más importante es discutir la reforma constitucional.
¿Qué debería contener esa reforma?
Yo creo que hay que discutir toda la Constitución, que es de 1966, han pasado 50 años. El mundo cambió. Fue producto no de un consenso político sino de una mayoría que derrota a una minoría y eso es una mala base para cualquier Constitución. Me gustaría ir a una nueva Constitución de amplios consensos de toda la población uruguaya para generar el acuerdo político fundacional. Me encanta dar ese debate.
¿Qué mecanismos?
No sé. Lo que más me interesa es sobre qué queremos discutir. Tenemos un buen informe para empezar a discutir y hay que abrir la discusión a toda la población. Ojalá tuviéramos un amplio debate de reforma constitucional (...) Hay que discutir los contenidos de la Constitución.
¿Se están violando los DD.HH. en Venezuela?
¿Por qué no me pregunta si se están violando los DD.HH en Dinamarca?
Porque Venezuela es socio de Uruguay y queda cerca también...
¿Es por eso que me lo pregunta? ¿O me lo pregunta por una supuesta afinidad ideológica entre el FA y Maduro? Tenemos una crisis política seria, no hay la menor duda. Hay que tener cautela sobre las expresiones. También tenemos una crisis política en Brasil y usted no me pregunta si se violan los DD.HH. en Brasil.
Los pasos que se dan en Brasil se basan en la Constitución, en Venezuela ¿no cree usted que hay un quebranto de los DD.HH?
Hay denuncias consistentes y que creo que hay que tomar en cuenta que efectivamente hay violaciones a los DD.HH., no quiero aventurar en una discusión política que me puede generar problemas antes de asumir como presidente del FA. No puedo avanzar mucho más en ese sentido, cualquier respuesta que dé me deja en una falsa escuadra. Yo tengo elementos de fuentes confiables que lo denuncian y manifiesto una gran preocupación. Yo estoy aquí como presidente electo del FA, creo y por eso genero esta dialéctica de la función de la pregunta. Hay informaciones relevantes que me preocupan muchísimo, porque de fuentes confiables.
