Mano a mano de Alfonso Lessa con el expresidente brasileño Fernando Henrique Cardoso

El exmandatario habló sobre la situación de Lula Da Silva y Dilma Rousseff, sobre si hubo o no golpe de Estado, la corrupción y el futuro de Brasil, la situación de Venezuela y la región, entre otras cosas.

Cardoso estuvo la semana pasada en Montevideo para ofrecer una conferencia junto a José Miguel Insulza y Sergio Abreu, invitado por ADM y el Consejo Uruguayo para las Relaciones Internacionales.

En su paso por Uruguay, concedió una entrevista a Código País.


¿Hubo golpe en Brasil?

No, no hubo ningún golpe de Estado en Brasil. Se cumplió con la Constitución. El impeachment significa que el presidente no ha seguido alguna norma de la Constitución. Dilma fue acusada de que no respetó las normas presupuestales, autorizó gastos sin que el Congreso aprobara. Además, disfrazó la situación fiscal del país. No fue acusada de crimen personal. El Senado abre el juicio y juzga. Eso pasó al presidente de la Corte Suprema. Se demoraron meses discutiendo.

Claro que todo impeachmnt es fuerte, es violento, porque se saca a alguien que tuvo votos, y se pone a alguien que también tuvo votos. Quien votó por Dilma, votó también por Temer. Michel Temer tiene legitimidad. Yo no voté por Dilma ni por Temer, pero lo respeto como presidente legal del país, porque los procesos fueron constitucionales.

La defensa de Dilma habla de conspiración política en su contra…

Se produce un impeachment cuando el Gobierno deja de tener respetabilidad, no tiene capacidad de hablarle a la nación, y cuando pierde fuerza en el Congreso. Además de haber incurrido en errores constitucionales. Ella dejó de tener condiciones de gobernar, hay momentos en el que el presidente pierde condiciones de gobernar.

Muchos de los que sacaron a Dilma también están acusados de corrupción…

Algunos tienen eso, pero siguen siendo senadores. Mientras la Justicia no dicte un fallo no puedo decir que alguien es corrupto, sí que está acusado de corrupción. Siempre hubo y hay corrupción en varias partes del mundo, en una conducta personal. Pero ese no es el caso de Brasil. Se está juzgando un sistema de corrupción por el cual el Gobierno nombra personas para entes estatales y esa gente entra en negociación con empresas, y aumenta el valor de los contratos y las empresas pasan esas partes fundamentales de los contratos a manos de los partidos.

Es una corrupción sistémica y en aras de la manutención del poder.

¿Corrupción institucionalizada?

Atraviesa a los que están en el poder. Se supera a través de la Justicia. Nunca hubo este tipo de corrupción organizada, con gente enfocada en la manutención del poder. Es novedad. Solo se solucionan con crimen y castigo. Si no hay castigo, quedan impunes. Y no se termina.

La sociedad ha reaccionado en contra de la corrupción, tiene información y está activa.

¿Lula corrupto?

No me gusta hablar de Lula, por mi relación. Lo conozco desde que era líder obrero. Hay algunas acusaciones… la Justicia va a decir. Si la Justicia comprueba, lo lamento mucho.

Gran cantidad de partidos en Brasil

Tenemos en la Cámara de Diputados unos 30 partidos. Los tres principales son el PT, PMDB y PSDB; sumados deben tener 190 diputados. Pero los tres no se suman, pelean. No hay mayoría fácil. Es muy complicado. Si un partido no tiene representación.

La influencia de la corrupción

Por primera vez la sociedad se dio cuenta de que el proceso era mucho más amplio de lo que se imaginaba. Ha alcanzado poderes muy altos de la República. El país no lo acepta más.

La situación de Venezuela

Hay una desesperación personal y humanitaria, las personas sufren. Venezuela nunca resolvió nunca su gran problema: son dependientes del petróleo. Hay una visión autoritaria, hay un populismo autoritario que empezó con Chávez, que al menos tenía gracia y capacidad de atracción, pero quedó en manos de personas que no tienen la misma capacidad. La decisión de no aceptar el revocatorio es una prueba de que no quieren aceptan ni la Constitución bolivariana. Hay una situación de no democracia en Venezuela.

¿Cuál es la salida?

La situación económica es tan dramática que va a llegar un punto en el que algún entendimiento habrá que haber. La salida tiene que ser interna, con apoyo de los países cercanos. Algún tipo de negociación entre la oposición y luego con el Gobierno.

Futuro del Mercosur

El Mercosur fue un gran avance; hace 30 años Brasil y Argentina se miraban con desconfianza. Eso se acabó. Entre nosotros tenemos una relación fraterna. Hay una movilidad muy grande de personas, bienes, cuestiones culturales. El acercamiento no fue solo comercial. Y en lo comercial ganamos mucho.

Pero se requiere cierta flexibilidad. Hay que buscar caminos que permitan fortalecer la zona de libre comercio y aceptar que un país negocie por su cuenta, a condición de que eso no esté en contradicción con los intereses fundamentales del bloque.

Hay una sola América del Sur. Que Venezuela entrara al Mercosur fue importante, pero tiene que cumplir sus reglas. El mundo necesita más intercambios comerciales. No basta con el Mercosur, el Mercosur no puede estar aislado; está en el mundo. La globalización requiere vinculaciones con los flujos productivos globales. Tiene que ampliarse.


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