¡Es el escándalo del verano! Bueno, ese también, pero ahora hablamos de Roberto Giordano y su supuesta amante uruguaya. Revista Pronto publicó un informe que afirma que el peluquero más famoso mantiene una doble vida. Además de estar casado con una señora de 66 años en Buenos Aires, mantendría una relación con una uruguaya de 45. La supuesta amante en […]
¡Es el escándalo del verano! Bueno, ese también, pero ahora hablamos de Roberto Giordano y su supuesta amante uruguaya. Revista Pronto publicó un informe que afirma que el peluquero más famoso mantiene una doble vida. Además de estar casado con una señora de 66 años en Buenos Aires, mantendría una relación con una uruguaya de 45. La supuesta amante en cuestión se llama Rossana Melo, vive en Maldonado y también se dedica a la peluquería. La publicación asegura que el coiffeur le compró un apartamento y le puso un local en Maldonado.
La abogada de Rossana dialogó con Infama y desmintió todo el romance. Defendió a la uruguaya y sostuvo que ellos mantienen una relación estrictamente laboral.
¡Qué escándale…tete! Pero aunque parezca mentira, ésta es apenas una mancha más en el dálmata de escándalos que lleva Giordano en su carrera. Incluso en Uruguay tuvo varios episodios que se robaron la atención de los medios por controversiales. Lo más resonado fueron sus eternos enfrentamientos con la DGI, que lo dejaron sin sus clásicos desfiles en la península.
Y si de evasión se trata, en Argentina está acusado de evadir 450.000 pesos de aportes previsionales a sus empleados. Sí, así como lo oyen. Y por este episodio acordó por dos años y medio de prisión en suspenso.
Ay, pero si este estilista está lleno de problemas! Por eso, cuando los periodistas lo abordan para sacarle alguna declaración, muchas veces no obtienen la mejor respuesta. Incluso en su querida Punta del Este ha sabido destratar noteros.
En uno de sus últimos desfiles en nuestro principal balneario, hasta llegó a tratar mal al público, furioso porque no lo quería aplaudir.
Pero es un señor querible, autor de memorables momentos de la televisión. Por eso, vaya el deseo de que se resuelvan sus asuntos familiares, y que los medios no lo sigan defenestrando. No le peguen, es Giordano.
