Cámara Testigo recorrió el Hogar Desafío

Se trata de uno de los centros del INAU donde se encuentran menores infractores. Allí hay adolescentes entre 14 y 16 años y cometieron algún delito.

La condición de ingreso al Hogar Desafío es que haya una sentencia judicial. Los delitos van desde hurtos o rapiñas hasta homicidios. El joven homicida, según explicó el director del centro Nelson Pardiñas, es en lo cotidiano el más tranquilo: "los delitos de homicidio que tenemos nosotros no fueron consecuencia de una rapiña, sino de hechos puntuales en sus vidas". Pardiñas aseguró que los jóvenes que llegan por haber rapiñado y lastimado a alguien, son más problemáticos. De los treinta internos que tiene el hogar ahora, tres son homicidas.

Cuando ingresan al centro, se da comienzo a una serie de procedimientos que chequean el estado de salud y el nivel educativo. A nivel de salud, se realizan los análisis de rutina. "En la parte escolar se piden los certificados de estudios. Si están para la escuela, van para la escuela. Acá hay dos maestras, una de ellas con especialización en gurises con discapacidad. También hay liceo", relató Pardiñas.

El director del centro aseguró que la seguridad del hogar se trabaja desde la prevención  y desde la mente ocupada. "Acá el gurí se apunta a que esté fuera de su celda lo más que se pueda y con tareas, recreativas o talleres no formales", contó. Además Pardiñas dijo que los jóvenes suelen disfrutar mucho de las actividades.

Rosario, la profesora de idioma español, dijo que los jóvenes están deseosos de aprender. "Eso es lo que nos motiva a nosotros a venir a trabajar, uno disfruta mucho de la educación acá", relató. El profesor de Mimbrería, Sergio Caraballo, aseguró que aprenden muy rápido: "la ventaja que tienen es que han vivido tanto en comparación con otros chicos de sus edades, que se enganchan y aprenden rapidísimo".

Uno de los adolescentes que se animó a dar su testimonio, contó que a los 13 años comenzó a fumar marihuana y empezó a robar. "Me entré a juntar con gurises como yo, así. Y entramos a robar", relató. Dijo que eran cuatro o cinco jóvenes de su edad -hoy tiene 15 años- que salían armados con un "fierro". Las armas de fuego, según contó, se consiguen fácilmente "en el cante" y su costo varía, pero anda en el entorno de los $3.000 o $3.500. También se pueden alquilar, pero ellos las compraban.

Uno de los jóvenes homicidas también se animó a hablar con Cámara Testigo, pero decidió no contar por qué cometió el crimen. "Esas cosas las hablo solo con la psicóloga", expresó. Está haciendo el liceo dentro del hogar y contó que ya salvó tres exámenes. "Acá aprendemos mejor, porque afuera hay como treinta gurises en cada salón, acá somos pocos y el profe te puede explicar mejor", relató. El joven dijo que él siempre fue al liceo todos los días, hasta que entró al centro. "A veces me aburre, pero a mí me gusta estudiar", sostuvo.

Otro de los adolescentes que están ingresados por rapiña tiene 14 años. "Estaba aburrido. Me di cuenta que era grave lo que había hecho cuando la policía me fue a buscar y me trajeron para el otro hogar. Ahí me preocupé", contó. En el centro estudia, hace taller de cocina y de plástica, aunque lo que más le gusta es jugar el fútbol. Su materia favorita es matemática y ya salvó el examen.

 

 

 


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