El bailarín Hernán Piquín y un debate sobre la pasión

El magnate argentino de la danza presenta "Pasional" en el Teatro Metro de Montevideo. En Esta Boca es Mía tomamos su show como excusa para analizar un tema mucho más profundo.

Así comienza Hernán Piquín a relatar su peripecia:

Cuando tenía cuatro años, había un programa en Buenos Aires que se llamaba "Noches de gala", eran funciones del Teatro Colón. Yo me quedaba a verlo, me fascinaba. Mis padres me mandaban a natación, a tenis, a patinaje, a fútbol.

Un día me mandaron al psicólogo porque no entendían de dónde había sacado que quería ser bailarín. Fui cuatro sesiones y a la quinta el psicólogo dijo: que vengan tus padres. Les dijo: él quiere bailar, o lo hacen bailar o va a ser una persona frustrada toda la vida.

Ahí yo tenía nueve años. La esposa del pediatra que nos atendía a mi hermana y a mí eran abonados del Colón, nos trajeron las bases, mamá las llenó. Fuimos 2.500 inscriptos y quedamos 17, dentro de esos 17 quedé yo, después de siete exámenes que te toman.

Yo no tenía nada de experiencia, solo gimnasia deportiva. La última prueba que te toman es de improvisación, hice gimnasia deportiva, tenis, natación... todo menos danza. Pero quedé.

Yo apenas entré, a los 11 años me llamaron para hacer dentro del ballet "Don Quijote" había una pequeña intervención de nenes. Me llamaron y fue hasta mi abuela. Cuando empecé a bailar con Julio Bocca mi viejo se llenaba la boca diciéndolo. Profesionalmente empecé a bailar a los 16, ahora tengo 41.

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