Los puentes fronterizos aún permanecen cerrados y bajo custodia.
Cientos de estudiantes intentaron cruzar el puente Francisco de Paula Santander, en la localidad de Ureña, para ir a sus escuelas.
Pero militares y policías venezolanos les impidieron el paso y lanzaron gases lacrimógenos y perdigones, sin que se produjeran heridos, denunciaron parlamentarios opositores.
“Estos niños fueron víctimas de la represión, fueron víctimas de perdigonazos por parte de la Guardia Nacional que en vez de atender el llamado de inocentes que solo piden poder ejercer sus derechos fundamentales como es el derecho a la educación, sencillamente los condenan”, dijo la diputada opositora venezolana Karin Vera.
La frontera con Colombia está cerrada desde el 22 de febrero para impedir el paso de ayuda humanitaria donada por Estados Unidos, que el presidente Nicolás Maduro considera el inicio de una intervención militar para derrocarlo.
El diputado opositor Franklin Duarte detalló que unos 5.000 menores venezolanos estudian en la ciudad colombiana de Cúcuta, un número que ha ido en aumento por la deserción masiva de profesores ante la crisis en Venezuela.
Según el legislador, algunos alumnos pagan a los grupos armados chavistas para poder cruzar de manera irregular a Colombia.
