Inthamoussu sobre el precio del boleto: “La Intendencia puede dar garantías totales de que será la única suba del año”

El jerarca dijo que “la única manera de no aumentar el boleto es que la Intendencia siga aumentando los subsidios”.

Este miércoles 1º de marzo sube el boleto capitalino a 33 pesos para quienes abonen en  efectivo y 31 pesos para quienes paguen con la tarjeta del Sistema de Transporte Metropolitano.

¿A qué se debe este aumento de boleto? ¿Era inevitable tal cual argumentan desde la Intendencia de Montevideo? Hablamos con Pablo Inthamoussu, director de Movilidad de la IM.

El cálculo de la paramétrica no es una cuestión sencilla de explicar. Tiene varios componentes. Hay uno que es el más representativo, que es el componente salarial, que se lleva el 73 %. Esa es una de las razones que lleva a este ajuste.

La Intendencia puede dar garantías totales de que será la única suba del año. Hay otro componente importante que es la caída en la venta de boletos. Venimos de dos años de caída constante. En 2016 fueron trece millones de boletos menos. Son un montón de millones de dólares menos para el sistema. Si la caída continúa… se complica.

Más de la mitad de la gente no se pasó al dinero electrónico. Si toda la gente se pasa a ese sistema, ahora va a tener solo un peso de aumento.

Si uno quiere detener la caída en la venta o aumentarla, la lógica indica que no se puede aumentar el precio. Pero hablamos de un servicio muy regulado, que se rige para una paramétrica. La única manera de no aumentar el boleto es que la Intendencia siga aumentando los subsidios.

Si el Gobierno nacional no hubiera puesto el subsidio al gasoil estaríamos hablando de precios muy distintos, muy por encima.

Otra de las decisiones que nos lleva a este ajuste es que el paquete de subsidios que realiza la Intendencia estaba pegando en las posibilidades de la comuna.  Todo el paquete pasó a ser de 690 millones de pesos anuales. Eso limitó la posibilidad de seguir conteniendo el precio del boleto, que sí se hizo en 2016.

Estamos llegando a un punto de inflexión en el que tanto los trabajadores y las empresas estamos en un momento de quiebre: ya no hay más excusas.

Hay cuestiones que otros países no tienen, como los servicios nocturnos: otras capitales no los tienen porque no son rentables.

Queremos tener una aplicación global con todos los horarios del sistema, que diga dónde viene el próximo coche, para que el usuario pueda optimizar su tiempo.

El horario de los ómnibus hace ocho años atrás era un secreto de Estado. Hoy, con la tecnología mediante, tenemos el horario teórico y ahora vamos a tener a cuánto está el ómnibus a cuánto está de donde lo estamos esperando.


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