Beatriz Olivera dijo que la expareja de su hija acostumbraba amenazarlas de muerte y que la denuncia en su contra "quedó archivada".
Valeria Sosa fue ejecutada delante de sus dos hijos por su expareja, un efectivo de la Policía. La Justicia resolvió que los niños quedaran a cargo de los padres maternos. La madre de Valeria se enteró de ese hecho mediante una notificación judicial: ahora, reclama que le devuelvan a sus nietos.
Beatriz Olivera, madre de Sosa, dialogó con Desayunos Informales:
“A los niños los veo y están bien. Estoy haciendo todos los trámites posibles, legales, como corresponden. Confío en la Justicia, quiero el bien para mis nietos. Todos los trámites acá llevan tiempo, nada es rápido.
A partir de que ella se separó, estuvo casi dos años en casa con sus hijos, mis nietos. Después, se mudó el 14 de noviembre para su nueva casita. Estaba muy contenta, quería tener su hogar. Yo lo vi bien, un poco preocupada porque ya habíamos recibido amenazas por parte de su expareja. Amenazas de muerte, lo que él acostumbraba hacer. Él decía que él era la ley, esas eran sus palabras.
Yo fui con ella cuando él la agredió a hacer la denuncia a la Sexta, de ahí nos mandaron al Policial. Nos atendieron tres agentes diferentes. Lo que nos comunicó la última es que el lunes cuando él se presentara le iban a retirar el arma y hacerle una pericia psiquiátrica, pero eso quedó en la nada, archivado en un cajón.
Él era una persona muy agresiva. Cuando ella se separó, lo dejaba entrar a casa para ver a los niños. Después, como se ponía medio insoportable y yo tenía miedo, de la puerta no pasaba, yo sacaba a los niños afuera. Aparentemente era bien el trato con sus hijos. La situación es muy dolorosa, pero tengo que tener paciencia.
También había denunciado a su exsuegra por amenazas, porque ese día la agredieron los dos. Ella es la que está cuidando a los niños ahora. Los abuelos paternos son fríos respecto al tema. Voy a ver a mis nietos, saludo y ta, nada más. Yo voy a estar con los niños”.
