Pablo Cayota: "En marzo de 2021 las clases no pueden comenzar como están terminando en 2020"

Para el experto en educación, la medida de retomar la presencialidad en los niveles de educación primaria pública es "positiva" y explicitó por qué la considera como una medida necesaria.

El gobierno resolvió que a partir de mañana la concurrencia a los centros educativos sea obligatoria. Esta disposición, que había quedado en suspenso a partir de la emergencia sanitaria, había sido sustituida por la asistencia voluntaria, que determinó que los estudiantes fueran menos de ocho días al mes a las clases presenciales.

¿Qué efectos habrá tenido esta especie de parate en los procesos educativos y qué implica esta remontada antes de fin de año?

Lo evalúo de forma positiva. Creo que la escuela uruguaya es obligatoria no por un capricho sino que es fundamental para la construcción ciudadana. Lo que se resuelve ahora es que los niños empiezan a ir en los días que las escuelas estipulen de manera obligatoria. No es ir todos los días. Cada familia tiene que contactarse con la escuela de qué manera puede participar de los comedores. Los protocolos siguen estando vigentes.

Lo que cambia es que esa poca escuela sí es obligatoria, sea presencial o virtual. Creo que nos tenemos que plantear cómo logramos que todos los niños vayan a la escuela. Sería ideal contactar a todos los niños y adolescentes que se han desvinculado.

En marzo de 2021 las clases no pueden comenzar como están terminando. La pandemia va a seguir existiendo. Tenemos que preparar un dispositivo para ver cómo hacerlo. Sería una catástrofe nacional repetir lo del 2020.

Problema con la no presencialidad

El problema es que cerca de 700 mil estudiantes de educación pública no están yendo todos los días todo el horario y se está profundizando una brecha de aprendizaje que ya existía antes. Hay que buscar si el distanciamiento es posible de ser sustituido por otros mecanismos como la ventilación cruzada, mantener el tapabocas.  Hay lugares que se podrá hacer y en otros que no.

El protocolo del metro y medio se respeta en la clase, pero en la vida extra escolar los niños se volvieron a encontrar. Aun así no se convirtió en un brote epidemiológico. La pandemia sigue estando y hay que cuidarse. Hay que reforzar los otros dispositivos y quizá podamos garantizar que todos los niños puedan ir todos los días.

Expectativas para 2021

Lo que no podemos aceptar es iniciar un año 2021 con poca escuela para muchos niños. Eso trae consecuencias mucho más grande que el Covid.

No es un buen mensaje decir que todos van a pasar de año sin más. Lo que se hizo se va a registrar. Se deben señalar los avances y los déficits que quedaron. No para tomar medidas, sino para que esa información pase al año que viene. En vez de evaluar un año solo, evaluar dos. No podemos castigar a los niños y jóvenes que no pudieron asistir. Es importante rescatar a quien trabajo y a quien no. Esto combina bien los dos elementos: reconocer esfuerzos y déficits, pero no castigar a quienes no son responsables de garantizar una asistencia plena.

Para los alumnos de sexto de primaria y bachillerato se dan problemas. Las universidades también tendrán que asumir que son parte de este proceso.

Todos estamos preocupados por el covid y está muy bien, pero no nosotros no estamos viendo el número de desvinculados que cada día se produce y el número de impacto emocionales y los problemas cognitivos se están dando. Son cuestiones que Uruguay va a pagar muy caro si no logramos saldarlo. No es tema de un partido, un gobierno o un sindicato. Creo que la familia, los medios han estado contribuyendo.


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