La directora Magdalena Perandones señaló que quieren acondicionar espacios de depósito y trabajarán con la FIC para digitalizar documentos.
En los primeros días de agosto asumió la nueva directora del Archivo Nacional de la Imagen y la Palabra. El propio ministro de Educación, Pablo Da Silveira, indicó que allí se encuentran fotos, filmaciones y grabaciones acumuladas desde hace más de un siglo pero que el estado de conservación no es el mejor. Por esta razón se comenzará a trabajar en su recuperación para que la gente pueda usufructuarlo.
Conocía muy bien el Archivo, me interesé a partir de rodar El Origen con Mueca Films.
Me parecía una buena oportunidad para recuperar la historia. A partir del trabajo en El Orgien fui a distintos archivos, como la de Archivos Especiales de la Biblioteca Nacional y Cinemateca. Mi experiencia del Archivo era buena, pero conocía que podía ser insuficiente. Ponerlos accesibles implica presupuesto. En realidad siempre fue buena, pudimos reconstruir.
En su momento me interesé en el patrimonio audiovisual.
Los registros de la División Cinematográfica están, pero también está la colección Fitzpatrick que fue adquirida por el Museo de Historia Nacional y luego la donó.
En 1902 empieza a haber una conciencia de que tiene valor propagandístico. También está la historia del cine y arte del Sodre. Se dijo que hay que registrar, entonces tiene esa pata más artística que generó un archivo más diverso.
En algún momento alguien se preguntó que había que registrar y ahora hay una relación compulsiva por registrar.
Ahora trabajamos en una muestra por el Día del Patrimonio y encontramos muchos registros sobre la asistencia pública nacional. Se elegía registrar como un país que avanza. Contamos con registros de la Dinarp, donde hay una elección de qué registrar, es muy propagandístico.
Obviamente que cuando uno archiva, el orden es esencial. Un archivo no es guardar nada más. La idea es que guardás para recurrir en otro momento. La indexación es compleja porque hay inventarios no actualizados y muchos están en papel. Ya empezamos a trabajar en eso. Nos pusimos en contacto con la FIC y el proyecto Anáforas. Hay que entender que hay una historia atrás. Se quiso guardar.
Hay muchos materiales que necesitan un tratamiento urgente porque se están deteriorando. Hay espacios que no fueron construidos para almacenar, se los intentó acondicionar, pero no bastó.
En principio no se mudará nada de la Biblioteca Nacional. La idea es poder construir las cámaras para trasladar los materiales.
La idea es sumar esfuerzo. Contamos con personal, pero el problema es que no tenemos personas especializadas en soporte fílmico.
Hay un interés muy importante por cuidar los materiales.
El proyecto Anáforas
Estamos súper agradecidos. Anáforas digitalizó muchos archivos de prensa. Nos comunicamos para ver si podíamos digitalizar carpetas y tener respaldo.
El Archivo está abierto al público y hay un tarifario. Hay que actualizarlo. En cuanto a la normativa de uso también la quiero actualizar. Si querés usar una imagen, se imprime y se vende. No están actualizados los costos para los usos que les querés dar.
