Adriana Aristimuño, directora de Planificación Educativa de ANEP, detalló cómo trabajarán para la salida de la pandemia y respaldó la LUC por los cambios en gobernanza de educación que propone.
La directora de Planificación Educativa de la ANEP presentó al Codicen un Plan de Acción que incluye una prueba de evaluación para conocer el estado de situación de los alumnos en el regreso de las clases presenciales. ¿Cuánto estuvieron aprendiendo efectivamente mientras no estaban concurriendo al aula? ¿Qué pasa con el temor de que el 2020 resulte ser un año perdido en materia de aprendizajes?
Mi ingreso fue paulatino, de charlas con Ernesto Talvi a quien conocía del ámbito académico. Fueron muchas veces que dije que no pero finalmente me convenció. Robert Silva también.
Hace un mes que estoy, y es uno muy particular por las circunstancias sanitarias. Hemos tenido que atender emergencias. Me imagino trabajando en tres bandas: conocer la gente, los procedimientos, otra es atender la emergencia y una tercera es establecer un plan estratégico, un plan en la educación.
Planes y cambios en educación
Hay mucha gente con ganas de trabajar y muy capaz, de nivel internacional. Eso te da mucho ánimo para aceptar. También me parece que hay unos espacios en la educación y política pública que existen para armar propuestas y sus estrategias para llevarlas adelante. Hay un margen para cambiar. Por ejemplo, trabajar de forma más coordinada con los subsistemas como el Codicen y el Plan Ceibal. Hay una propuesta de trabajar de manera más coordinada con el Ineed. Hay una necesidad de cambio en la gobernanza de la educación.
Sí creo que la LUC hará cambios en la educación, porque uno de los cambios en los que insiste es en la gobernanza. Uno de los problemas que teníamos en el pasado era que el Codicen definía políticas macro y luego los consejos decidían a su entender. En la articulación y coordinación de políticas hay mucho por hacer. Ya tenemos un territorio a conquistar.
Pandemia y clases
Primero intentaremos relevar y reconstruir lo que fue el proceso de aprendizaje a distancia de emergencia. Hubo que armar mucha cosa en la marcha. Los docentes hicieron un esfuerzo monumental que además fue en transición de gobierno. Lo primero es preguntarle a los estudiantes cómo vivieron esa etapa.
Visitamos los centros educativos el 1º de junio y les preguntamos cómo estaban viviendo las clases y encontramos cosas muy interesantes. Nos decían que los celulares también servían para aprender y hablaron de la importancia de la salud. Hay que reconstruir el vínculo, los docentes tienen una tarea muy grande por delante.
En primer lugar, hay mucho trabajo para atrás por hacer y para adelante hay que hacer una revisión de la currícula que se hará en 2021. Se tratará de complementar. Estamos en un paréntesis, estamos evaluando si acortamos las vacaciones o no.
Realmente está todo abierto, todavía no hay una decisión. Es un proceso lento y cuidado.
Entiendo que los padres no los manden, pero los animaría a hacerlo porque la presencialidad refuerza el aprendizaje. En las instituciones están tomando todos los recaudos y saben que si hay un problema, las autoridades tomarán decisiones para proteger a los niños.
La clave se llama personalización. Saber quiénes son y trabajar con las familias. Para eso hay programas y baterías para eso. Siempre interactuamos con el Mides. Se trata de poner en marcha los dispositivos de salud mental. No puedo decir cómo ni cuándo, porque no tenemos presencialidad absoluta. Hay familias que les están por cortar la luz y tienen problemas de alimentación.
