La primera vuelta electoral por las elecciones en el país vecino trajeron sorpresas. En la previa, las encuestas en Brasil hablaban de un número de votación para Bolsonaro bastante menor de lo que finalmente obtuvo. En el escrutinio final, el expresidente Lula logró el 48% de los votos, frente al 43,6% para Bolsonaro, con el 97% de los colegios electorales escrutados.
Primer análisis de los resultados
Las sorpresas se dan por una mejor votación del Bolsonarismo de la que se daba en las encuestas. La primera cosa que no debería quedar fuera del análisis es que hay una muy buena votación de Lula. Esos votos a Lula no implican tampoco un voto directo a su partido por las características propias del sistema. Hay un alto voto a Lula que no se refleja en la distribución de las cámaras.
El bolsonarismo vota muy bien y más de lo que se esperaba en las encuestas. Tiene una buena votación en Senadores y Diputados. Tiene una buena elección en gobernadores y en los gobernadores que quedan para la segunda vuelta. La coalición del PT y Lula vota menos de lo esperado y Bolsonaro más, pero todos van a tener que optar acuerdos con los partidos del centro del sistema.
Sistema político en Brasil
El Bolsonarismo gana una posoción importante en las cámaras, pero en el medio hay un conjunto de partidos en el medio con los que vana tener que negociar. Cualquiera de los dos que gobernase van a tener un margen de maniobra más acotado porque ese centro todavía tiene esas dimensiones que mantenía en el gobierno.
Quizá haya sido mal medido la intención de voto al bolsonarismo. Quizá haya un voto bolsonarista no declarado. Hay una diferencia importante en esos seis millones de votos. Hay un mes de campaña y todo es posible. Todavía con esa distribución de votos con la candidatura de Lula tiene una ventaja. Hay un proceso de transformación en el sistema político importante.
Por lo general, quienes no votaron en primera vuelta, tampoco votan en segunda.
