Este 20 de mayo el colectivo Imágenes del Silencio repartirá 20.000 fotografías de desaparecidos

El colectivo Imágenes del Silencio, un grupo de fotógrafos que colabora con la organización de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, repartirá esta noche 22.000 fotografías de las personas desaparecidas durante la dictadura, en la Marcha del Silencio, que volverá a realizarse en forma presencial tras más de dos años de pandemia. La propuesta incluye un código QR en cada foto, para acceder a la historia de esa persona desaparecida. Así se busca mantener la memoria de los 197 desaparecidos a causa del terrorismo de Estado.

El trabajo del colectivo Imágenes del Silencio

Vamos a repartir parte de las imágenes antes del inicio de la marcha. Esta marcha tiene unas características particulares que es que mucha gente se va integrando a medida que avanza. Hay una buena parte que se reparte al principio y otra a lo largo de la marcha. Seguramente hasta Ejido. Luego se entra en un tubo donde la gente está demasiado junta y la idea es no interrumpir la marcha.

Hay 12 organizaciones que nos están acompañando, 200 personas que van a estar trabajando distribuyendo las fotos y tienen claro que la marcha hay que respetarla como tal. Esto quiere decir respetar su movimiento y el silencio que caracteriza esta marcha. Le va a llegar a las manos las imágenes y se van a ir formando cadenas.

La idea es levantar los retratos en el momento de los presentes en Ejido, y en el momento del himno que es cuando culmina la marcha poder tener esos retratos arriba.

¿Cómo se les ocurrió hacerlo de esa forma?

Básicamente el inicio de esto tiene que ver con que vimos que a partir de 196 abrazos, la gente quería aportar los retratos. En general, han sido sostenidos por familiares. Y en esto que fue pasando de recibir fotos de gente que marchaba o que se retrataba con los carteles, dijimos “hay una relación, un encuentro de un gesto de apoyo a la causa que se encuentra con el abrazo. Entonces, llevemos las fotos a todos”. Todos somos familiares, todos podemos aportar llevando esas fotos. Se le planteó y generosamente accedieron.

Cuando los tiempos de la gente no son los tiempos de los gobiernos, es preocupante. Entonces, lo que ha pasado es que han sucedido gobiernos que no han tenido demasiado tiempo para tratar este tema, y la gente se ha muerto. De las 197 madres de estos desaparecidos, quedan 4. Lo que sí ha pasado es que se han sumado generación a generación: hijos, nietos, pero también un montón de gente joven que se ha sacado el temor de lo político partidario en este tema y lo toma como una causa de DD.HH, sabiendo que hay gente que no ha podido enterrar sus muertos porque les han ocultado información. Encontramos con esta gente joven a partir de las redes y de 196 abrazos que nos dimos cuenta que había mucha gente joven interesada en este tema.

Código QR

Tiene que ver con conocer a la persona que uno está portando. Tener datos, saber que tenía 24 años cuando lo mataron. Saber que tenía un hijo o hija. Saber en qué estaba. Cuando pasamos a ese punto nos encontramos con que hay familias que tienen una marca, no pueden hacer duelos, pero también hay una sociedad marcada por esto. Vivir en la impunidad es complicado para cualquier sociedad. Entonces, poder encontrarse con los derechos, desde nuestro lugar tiene que ver con aportar desde la fotografía. Poder encontrarse de estos espacios sensibles que posibilita la imagen para seguir la búsqueda.

Creo que hay que aggiornarse, que hay que encontrar las herramientas para poder comunicar a las nuevas generaciones y con que las nuevas generaciones se comunican.

La división que genera el tema de los desaparecidos

Sobre todo en el sistema político (sigue siendo un tema que genera división). Porque creo que hay demasiados intereses y evaluaciones de riesgo que se puedan correr. Son demasiadas cuando estamos hablando de lo humano. Los jóvenes se mueven sin complejo, porque no se vincula a lo político partidario.

Poder este tema sobre la mesa siempre es riesgoso. Buscar la verdad es riesgoso porque a veces es más fácil decir “que el tema se calme. Que se mueran los que estuvieron involucrados y que quede todo tapadito. Ya se va a calmar”. Entonces, cuando uno tiene que dar otro paso, bueno, ¿dónde estás, cuánto vas a avanzar, qué es lo que vas a tener que pagar por tu avance? ¿Qué costo va a tener? Estamos hablando de una institución militar, que es un tema que le cuesta transitarlo. Han secuestrado la información y la verdad es que no ha habido, desde los partidos políticos, quien se parase a rescatar la información y obligar a que se dé. Seguimos en un tiro y afloje y de cobrar cuentas y de mantener secuestrados a los desaparecidos.

Si uno piensa en Ucrania en este momento, es muy fácil decir qué horror encontrar los cuerpos asesinados. Ahora, cuando uno lo piensa en Uruguay, y dice “hubo 197 personas que estuvieron detenidas y que fueron asesinadas y que no se dice dónde están”, no parece tan anormal. Lo que nos parece anormal afuera y lo vemos claramente con indignación, acá no  sucede y se dice “mejor dejémoslo quieto”.

La respuesta a la propuesta

Si hubo gente que nos dijo que no, pero quiso argumentar por qué no. Y no tenían por qué hacerlo. Y hubo un montón de gente que dijo que sí. Algunas tenían que ver con el riesgo personal, en el sentido empresarial si se quiere, de temor a cómo podía reaccionar su cliente. Normal, no pasa nada. Nosotros nos quedamos con la gente que dijo que sí. No fue mucha la que dijo que no.

Origen de Imágenes del Silencio y sus proyectos

Imágenes nace en el 2014, era hacia los 20 años de marchas. Lo que hicimos fue una recopilación de fotografías de todas las marchas hasta ese momento. Fueron 38 fotógrafos y fue reencontrarse con los cambios de la marcha.

Hubo un trabajo que surgió de una docente de un liceo, el Zorrilla, en los 50 años de la muerte de Líber Arce. Nos descolgamos un poco de lo que hacemos tradicionalmente y ahí produjimos con la universidad y el colegio mismo y algunos colectivos.

Después, hubo uno que se llamaba “Otra forma de decir presente” que fue una recopilación también, volvimos al origen, del material fotográfico que se produjo en los dos años de marchas virtuales. Eso está expuesto en este momento en una de las fotogalerías del Centro de Fotografías de Montevideo.


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