Gerardo Sotelo sobre los contratos no renovados en Radio Uruguay: "No son puestos de trabajos que se perdieron, sino que están en otros lugares"

El canal 5 y las radios públicos se encuentran en un proceso de reestructura promovida por Gerardo Sotelo, periodista que asumió al frente del Servicio de Comunicación Audiovisual Nacional. Entre otros cambios, procuró unificar los distintos formatos de contenidos y potenciar el portal web. Además, el director señaló que "hay mejores resultados con menos gente".

Cambios

Los cambios tienen que ver con un escenario en que nos encontramos básicamente en cuatro áreas problemáticas. Una tien que ver con la organización, otra con la reputación de los medios públicos, otra con la territorialidad fuertemente concentrados en Montevideo y otro con las audiencias. Todo esto tiene que funcionar de manera integrada.

En lo relacionado con la organización si bien la organización se la dio la ley de medios que es la del 2014 ya en esa consideración legal entendemos que venía relacionado con la realidad de los medios. Los medios públicos son vistos, tanto desde la perspectiva institucional como de la realidad, una corporación de medios audiovisuales, esto supone que tenés que ofrecer contenidos de radio, de televisión y también contenidos en plataforma digitales porque es allí donde la gente está migrando de manera masiva. Esa fue una innovación que se postergó como todas las cosas en la pandemia que para nosotros fue terrible. El año pasado, hasta el mes de agosto tuvimos con programación de emergencia en el canal, y en la radio con restricciones de movilidad muy severas.

Con respecto a la reputación trabajamos fuertemente en dos áreas: los medios públicos, y particularmente canal 5 eran considerados como el pariente pobre, se veía mal, eran aburrido, así lo veía la gente, no digo que eso fuera así, y además, existía siempre la sospecha de que se utilizaba en beneficio del gobierno de turno, quizá este sea el corazón del problema y todo esto redundaba en problemas de audiencia, digo problema porque nosotros planteamos desde el comienzo que era necesario tomar en consideración las mediciones de audiencia porque allí surgía información sobre las preferencias del público y además, porque teníamos que incorporar en la evaluación de nuestra gestión, es que los productos audiovisuales que la sociedad financia llegue a una cantidad razonable de personas. No es aceptable la autoevaluación. Este es un poco el panorama con el que nos encontramos y que entendíamos que eran problemas.

Audiencia

Tenemos nuestras tres grandes plataformas. El canal, la radio y lo digital. En el caso de la radio hemos tenido, sobre todo la radio que más cambió fue la de Uruguay, una propuesta con variedades muy vinculado a las características de un medio público y pudiendo recibir más audiencia de la que recibía. En el caso del canal por distintas razones, si bien hemos logrado mejorarlo en valoraciones subjetivos, el canal se ve más, hay programas interesantes y cualquier personas puede mirar el canal más allá de sus ideas, religión, etc. El escenario es mucho más competitivo, si bien hemos mejorado en términos generales, estamos lejos de lo que podría ser una aspiración razonable para un canal público, que siempre tenés restricciones con respecto a las ofertas que haces que te van a rezagar con los canales comerciales, que obviamente tienen otros cometidos y otro presupuesto.

Radio Uruguay

Lo que cambió fue que se hizo una programación periodística, generalista, con magazines periodísticos, informativos, con música y con transmisiones de fútbol, lo tenía, pero ahora organizado de una manera más profesional, es decir, que la grilla busca corresponderse con las preferencias del público y con criterios técnicos o profesionales que hacen al resultado. Programas que analizan la realidad, programas que vayan calentando el micrófono desde más temprano y todo eso funciona mejor que una programación que puede tener buenos comunicadores y periodistas, pero que está organizada de una manera poco arbitraria. Todo eso más la impronta que le hemos dado a nuestros medios que hace hoy haya que nadie del país nos reproche que estemas utilizando los medio a favor del gobierno o de quien sea. Hay que operar cambios en lo organizacional para que todo esto brille más y que se pueda cumplir con lo que establece la ley de una manera más eficiente.

Técnicamente para nosotros no son despidos porque son un tipo de vínculo laboral reiterado en el tiempo propio del personal artístico de un medio de comunicación. Tú podés contratar personal técnico durante largos periodos porque la manera de hacer televisión,de pararse como un profesional ante una cámara o en el sonido o en la edición no tiene porque variar entre una administración u otra, según cambie la programación. En el caso de este tipo de contratos artísticos, no son funcionarios públicos, cesan a los dos años, se puede hacer un nuevo contrato o no hacerlo. Lo que encontramos es que tenemos una organización de medios públicos con unos 200 funcionarios y 200 contratados para tareas artísticas de los cuales 150 estaban haciendo radio, unos 40 en televisión y había unas 7 u 8 personas haciendo contenidos digitales de manera muy dispersas, esto es inaceptable dentro de los medios contemporáneos. Hoy con una asignación de recursos humanos más acorde, hemos fortalecido los servicios informativos del canal y la radio, sobre todo radio Uruguay, está en una consideración mucho mejor por parte de la audiencia. Además, no son puestos de trabajos que se perdieron, sino que están en otros lugares. En radio hay menos gente, pero con mejores resultados.

El 75% de nuestros recursos están destinados a la contratación de profesionales. Teníamos una estructura que competía entre sí. Cubrían el mismo hecho, con dos vehículos, dos choferes, dos periodistas y después cada uno se iba para su lado, uno con registro audiovisual y otro de radio, eso nos parecía desaprovechar los recursos, es por eso por lo que hoy tenemos concentrados los recursos.

Sería muy bueno que finalmente los medios públicos tuvieran una institucionalidad que está prevista en la ley vigente y en la ley en estudio en el parlamento. Esto es que salga del Poder Ejecutivo, que sus directores sean designados con mayorías especiales por el senado, que de alguna manera reporten y rindan cuentas a la sociedad en su conjunto, pero en particular a una institución donde está representada toda la sociedad como lo es el senado, pero aunque eso no ocurra hemos tomado políticas activas para evitar cualquier sospecha. El resultado es que de la película podés hablar cómo se hizo cuánto de lo que dice la gente. Repito que no hay ningún actor político y social que nos reproche de que estamos utilizando los medios públicos, que tal programa o medio opera a favor de alguien. Eso no es fruto del azar, desde el principio tomamos la decisión para actuar con imparcialidad en cubrir las noticias de forma balanceada, tenemos la pluralidad y diversidad. Equipos de trabajo que se rigen por normas profesionales. Eso hace que personas con ideales distintos puedan trabajar juntos. A la audiencia podrá gustarle o no el programa o la conducción, pero lo que nadie dice es que este medio está sesgado a favor de alguien. Ese es uno de los avances que hemos logrado en materia de reputación porque ese es en definitiva el problema de fondo con los medios públicos en todo el mundo. Cuando hablamos de medios públicos, estamos hablamos de democracia, y en el Uruguay se ha dado durante décadas, que felizmente se ha revertido, que los medios públicos generan el no tema, no aparecían en los programas de gobierno, no aparecía en ámbitos académicos, no eran tema, luego esa opacidad invita a que el que esté al frente lo utilice para sus asuntos particulares, sea para enriquecimiento personal o para llevar agua para su molino, y en los países de democracia plena, Uruguay está en la elite mundial en materia de democracia. En los demás países los medios públicos son un tema, es decir, el sistema político y la sociedad, se preocupan de lo que pasa en los medios públicos y se ocupan de que no tengan un sesgo a favor de este o de aquel. Tenemos que avanzar en un ámbito institucional más auditable y alejado del poder, mientras eso no ocurra hemos tomado medidas concretas para mejorar la imparcialidad y transparencia.

Uso de las redes sociales por parte de los periodistas

No soy un periodista. Haga lo que haga con los medios soy una autoridad política. Nadie puede pensar que yo soy un ecuánime ante los temas públicos, lo que sí estoy implicado es que los  temas políticos no incida en el trabajo de nuestros periodistas y créeme que no ocurre. Sí es verdad que ahí puede haber un punto en el cual hasta yo, que no actúo como periodista, tenga que moderar mis expresiones en las redes sociales. De hecho lo hago, solía hacer bastante más activo y contundente en las redes, ahora me reservo algunos temas más referidos a los que yo interpreto como valores cardinales, valores democráticos o filosóficos, pero el sentido es que no es una prohibición, sino que es un consejo o sugerencia que apunta que vos no te encuentres con un periodista que asociás a los medios públicos tomando posición más allá de cosas a las que tiene derecho, sistemáticamente en las redes sociales porque eso puede permear la reputación de la organización.

Con respecto a la guía, sigue siendo un tema que me sigue generando dudas, la guía es parte de lo que tiene que ver sobre las políticas activas. Este tipo de documento en el mundo democrático para el Uruguay es una novedad, pero implica una política activa porque por primera vez las autoridades de gobierno se imponen límites que nadie les pide y eso genera pautas de comportamiento que establece un límite claro. Reglas de juegos clara para periodistas, editores, productores y sobre todo para la sociedad. Cualquier político o persona, acá dice tal cosa, pero yo vi en alguno de sus medios que no se cumplió, y eso lo puede hacer, la oposición, el Pit-Cnt, la Cámara Rural, lo puede hacer cualquier ciudadano. Es un cambio que estábamos hablando.

Ojalá tengamos medios públicos en un estatus institucional acorde a lo que su propia naturaleza y los tiempos que corran y la ley indiquen. Se tiene que medir porque vos recibiste una porción del Estado y la vas a entregar mejor, esa es una manera de medirlo. También creo que hay que medirlo en términos objetivos, en cantidad de públicos, en términos subjetivos, cuál es la reputación de la organización que entregas, pero sobre todo este tipo de acción, utilizar un espacio de conversación y discusión sobre medios públicos es absolutamente inusual si se mira para atrás. Estamos hablando ni nada más ni nada menos que de la democracia. que sea algo para controlarnos, porque de verdad creemos que si se nos controla vamos a tener la oportunidad de ser mejores. Quizá sea una forma de evaluar la gestión.


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