La celebración de Iemanjá en medio de la pandemia

La líder afroumbandista, Susana Andrade, conversó sobre la particular celebración de Iemanjá en tiempo de pandemia y el pedido de no aglomerarse en las playas,

2 de febrero

Es una preocupación de todo el Uruguay y el mundo. Desde a mediados de diciembre tomamos la decisión desalentar la concurrencia a las playas por la pandemia, porque son 500.000 personas alrededor de las costas de las playas de Montevideo y del interior del país iba ser un gran foco de contagio. No era sensato estar promoviendo que la fiesta iba ser como siempre. Lo vivimos con mucho dolor. Es un sacrificio que estamos haciendo como mucha gente. Hemos detenido nuestras reuniones presenciales desde marzo. De todas maneras hoy Iemanjá está reinando. Es un día de milagro, de bendición. Lo celebramos desde el corazón y desde nuestras casas. Ella es la regente del 2021. El agua siempre está ahí. Es un sentimiento espiritual y religioso que sale del corazón.

Alternativas

Tuvimos desde la iniciativa desde Atabaque e IFÁ del Uruguay de promover la Iemanjá solidaria que consiste en alimentos no perecederos y artículos de higiene y tocador que fuimos juntando y colocando en nuestro altares para que fueran bendecidos. Se sumaron varios templos de Montevideo, de la Zona Metropolitana y del interior del país y bendecimos esos alimentos durante varios días. Los llevaremos a distintas ollas populares para colaborar con la gente que lo necesita. La ayuda al prójimo es un mandato de toda religión y quisimos tener esa ofrenda de amor al prójimo como forma de colmar de nuestro sentir espiritual. Iemanjá es la madre que alimenta a sus hijos y que los cuidas. El simbolismo de Iemanjá nos conduce a una ayuda que es más que necesaria y también ayuda a descongestionar las playas. De la necesidad humana nadie está libre. Es responsabilidad social y humana. Dentro de nuestro libre albedrío tomar ciertas decisiones que son dolorosas. Volcar esa energía espiritual al prójimo en las ollas populares. No se termina el 2 de febrero la ayuda. Hay gente colaborando y sacrificando su tiempo y que necesita energía humana. Ponernos en el lugar del otro es importantísimo para poder comprender realmente lo que podemos dar.

Aspiramos a que la gente use la sensatez. Hay una normativa que limita el derecho de reunión y aglomeramiento. La gente sabe que hay leyes y debe cumplir. Intentar que se dé un paso a colaborar con las no aglomeraciones y no contagios. Lo que uno haga no lo sé. Intentemos que sea más distanciados o que puede ser otro día. Podemos celebrar desde nuestras casas elevando el pensamiento y cantando para el Iemanjá. Momentos de reflexión de lo que hemos perdido. Un 2 de febrero sabemos todo de lo que hablamos. Somos ciudadanía y tenemos un lugar en la sociedad. En poblaciones negras e indígenas que fueron aplastadas y discriminadas, también necesitan el espacio social de justicia y equidad en una sociedad que aún piensa que hay lugares de jerarquía. Iemanjá es el agua que nos ofrenda la vida y es un mensaje de llegada universal. Hoy tenemos que vivirla de forma diferente.

Interior

En aquel momento fue difuso, que provenía de la comunidad comunitaria de la frontera. Sé lo que es ese trasiego. Uruguay tenía determinadas normativas sanitarias y Brasil otras. No me quedó clara si fue umbanda o evangélico. Estamos en contacto y salir a quebrar un lanza por esa gente, no desde la irracionalidad, tenemos que cuidarnos todos, con o sin religiones. Hubo gente que prefirió pagar la multa y hacer la fiesta igual. Sin embargo la gente no se cuida debidamente, es una cuestión en el sentido común. Todos deberíamos comprender el mensaje, sea religioso o no. Iemanjá es una fiesta de paz y una linda expresión de diversidad cultural. Para poder volver debemos tener que hacer este sacrificio hoy y seguramente volveremos a abrazarnos.

Iemanjá es una fiesta de una magnitud que necesita cierta contención e infraestructura. La intendencia nos está ayudando a desalentar a concurrir a las playas y con la logística para llevar los alimentos a las ollas populares. El Ministerio del Interior y Prefectura también está ayudando a que la gente no se aglomere.

Hay mil razones de fe que son difíciles de comprender pero son necesidades humanas. Iemanjá no se puede suspender, se iba hacer o ser, porque está adentro del calendario. Esas fechas son nuestras, por eso era la preocupación porque la gente va querer acercarse igual. Es parte de la cultura afro y también de la cultura uruguaya. Iemanjá es una muestra de convivencia, de paz y de bendición para todo el pueblo que la sienta porque hay una energía particular así la tengamos que celebrar desde nuestras casas.


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