"No hay nada de lo que se proponga que vaya a tener un resultado más o menos eficiente o razonable ante los problemas que nos preocupan", afirmó el senador Rafael Paternain.
La campaña “Vivir Sin Miedo” ya alcanzó las firmas necesarias para que se habilite el plebiscito, pero continuará recolectando hasta el mes de marzo cuando se presenten ante la Corte Electoral. Tiene como centro endurecer la mano represora de las autoridades al agregar a las fuerzas del orden el apoyo de los efectivos militares, quienes deben -según Jorge Larrañaga- patrullar las calles.
La iniciativa es rechazada de plano por toda la izquierda y genera divisiones y conflictos internos en el Partido Nacional.
Abordamos el tema junto al senador (FA-Casa Grande) Rafael Paternain.
Buscamos llegar a un primer posicionamiento sobre esta iniciativa que acaba de conseguir las firmas para el plebiscito. El resultado era más o menos esperable dada la sensibilidad del tema en el país.
A nivel orgánico del Frente Amplio todavía no hay definiciones sobre este tema. Más allá de la coyuntura electoral, creemos que es importante pararse fuerte frente a esta iniciativa. Queremos convocar a un frente social y político común para hacer una suerte de contra campaña.
Tenemos el problema de la inseguridad en el Uruguay, más allá de los esfuerzos hechos. Detrás de esta iniciativa hay una preocupación genuina por el problema de la inseguridad, pero con una motivación política.
Esta campaña surge en el marco de una disputa interna, es una suerte de manotazo de ahogado de Larrañaga, de bandera que le ha permitido generar un hecho político. Si él liderada las encuestas, no haría esta campaña.
No hay nada de lo que se proponga que vaya a tener un resultado más o menos eficiente o razonable ante los problemas que nos preocupan.
No está comprobado que la militarización de la seguridad resuelva el problema de la inseguridad; al contrario, la intensifica.
Tenemos que ir hacia un acuerdo nacional para la prevención del delito. Esta campaña no solo no sirve sino que nos hace perder el tiempo. Hay que salvar al propio Larrañaga de su propia medida.
