Asumió en el Parlamento como primera suplente del canciller Ernesto Talvi, trabajó en organizaciones sociales en el exterior y quiere mejorar la formación docente en inclusión.
El comienzo del nuevo gobierno llevó a que varias de las bancas legislativas sean asumidas por los respectivos suplentes. Este martes fue la primera sesión de la Cámara de Senadores y allí tomo promesa la primer suplente de Ernesto Talvi, Carmen Sanguinetti.
No me imaginaba en este cargo. Vengo de afuera del sistema político, vengo trabajando en temas sociales desde hace 15 años de forma civil.
Me incorporé al equipo de Talvi para trabajar en discapacidades.
Trayectoria
Trabajé en fundaciones de educación en ReachingU, trabajé en Grupo Disco y trabajé en empresas B, que buscan resolver problemas medioambientales que también resuelve el Estado. También trabajé en Estados Unidos en una organización de sociedad civil para la inserción laboral, sobre barreras al trabajo. Ahí trabajé mucho con inmigrantes latinos que no sabían inglés y buscábamos cómo insertarlos en trayectorias laborales donde pudieran crecer. Trabajé también en el huracán Katrina que buscaba repensar cómo trabajar con universidades y el Estado en inserción laboral.
No soy nada del expresidente. Me pasé la infancia aclarando. No soy la hija.
Educación en inclusión
Tengo una hija que está por cumplir cinco años que tiene síndrome de Down. Con la llegada de Isabel me pareció una temática totalmente ajena a pesar de haber trabajado en discapacidad.
La idea es copiar lo que hacen en países como EEUU donde tienen una persona capacitada en el centro de salud capacitada para asistir a los padres. La idea tiene que ver con el empoderamiento, con que la pareja decida en libertad. Simplemente es visibilizar para que las parejas tengan toda la información. Lo que observé es que no están tomando bien la decisión porque no cuentan con toda la información.
No tenemos información sobre qué opinan las familias. En Uruguay nos falta investigación para que las parejas sepan.
Los niños en general lo naturalizan. Creo que en eso son los grandes maestros en eso. El tema son los adultos, que no nos criamos en escuelas inclusivas. Antes de nacer Isabel, no sabía cómo pararme ante una persona con síndrome de Down.
La educación inclusiva mejora el nivel educativo para todos. Lo que dicen los adultos es que les parece bueno que la escuela de sus hijos sea inclusiva, pero no quieren a niños con síndrome de Down en su clase porque la maestra se va a distraer. El foco está en el docente, que necesitaría asistencia. Un docente formado en inclusión puede entender las distintas formas de aprender.
Hay que entender que el alumno medio no existe. Los liceos modelo propuestos por Ciudadanos extienden el tiempo educativo, tienen un gran vínculo con las familias porque eso mejora el rendimiento. La otra prioridad es la jerarquización de la formación en educación.
