El vocero de la Armada Nacional, Gastón Jaunsolo, y el psicólogo social, Robert Parrado, hablaron sobre las dificultades de la investigación judicial y las particularidades del caso.
Un cadáver apareció el domingo en una playa de La Floresta. Tenía una bolsa de nylon en la cabeza atada con un precinto en el cuello; la boca estaba tapada con cinta plástica; sus manos habían sido esposadas a la espalda y sus tobillos estaban atados. Las pericias indicaron que se trataba de Arno Wollensak, un alemán de 61 años que vivía en Los Cerrillos junto a Julie Ravel, su esposa.
El hombre tenía un antecedente por un delito continuado de uso de documento público ya que ingresó a nuestro país en el 2007 proveniente de Surinam con una identidad falsa. Fue procesado en el año 2015 por la jueza de Crimen Organizado, Adriana de los Santos.
En su país de origen, Alemania, estaba requerido por un delito de abuso sexual de menores. La Justicia alemana, una vez que fue procesado en Uruguay, pidió la extradición, pero la uruguaya se negó a ese pedido al entender que el delito había expirado.
Era el gurú líder de la secta "Lichtoase", que significa "Oasis de Luz" y que en los años 90 dejó en Europa un tendal de niñas víctimas de violaciones y abusos sexuales. Los integrantes de ese grupo, que se autodenominaba "familia", deben donar todos sus bienes a la secta.
El vocero de la Armada Nacional, Gastón Jaunsolo, y el psicólogo social, Robert Parrado, hablaron sobre las dificultades de la investigación judicial y las particularidades del caso. Parrado dijo que "destapa muchas cosas" y que queda mucho por saberse. Jaunsolo, por su parte, señaló que nunca se había visto un homicidio con "estas características" y que trabajan de forma conjunta con crimen organizado y narcotráfico del Ministerio del Interior.
Una de las hipótesis que se manejan es que la persona haya sido asesinada y trasladada a la playa. "Cuesta creerla por las dificultades de trasladar a una persona, pero no se descarta", dijo Jaunsolo. La otra hipótesis es que haya sido llevada a bordo de una embarcación y arrojada al mar.
La autopsia arrojó que la muerte fue por asfixia pero no se pudo determinar si fue mecánica (estrangulamiento) o inmersión (por el agua) debido a que el día en que se encontró el cuerpo llevaba alrededor de siete días de fallecido.
"Al no ser ciudadano uruguayo pero sí tener antecedentes policiales, estaba el registro de las huellas digitales. Así se logró dar con su identificación", sentenció Jaunsolo.
"Da la impresión de que fue para generar mucha violencia contra la persona", agregó Parrado y señaló que llama la atención "lo de las esposas y precintos". Estos datos deben atarse con la historia de Arno Wollensak.
