El maestro Stefan Lano acaba de asumir la dirección artística y musical de la Orquesta Sinfónica del Sodre. Para este segundo período al frente de la orquesta, Lano asegura que junto a su equipo van a pensar “semestre a semestre”, para ver qué espectáculos se pueden ofrecer al público.
Desafío
El desafío más grande es mantener presencia y mostrar la relevancia del Sodre al público. Para mi es increíble. Estoy dirigiendo una sinfonía de Anton Bruckner en una sala no plena, hubo 570 personas, pero en muchos países no está funcionando como antes. Esto habla bien del gobierno pensando en el bienestar común del pueblo es más importante que oposicionarse. No soy ningún politólogo, pero sé que el ambiente afecta mi trabajo y me siento afortunado al dividir mi vida entre dos países pequeños, pero que ahora no piensen políticamente. Siempre hay que pensar que es lo que queremos lograr. La cultura más que nunca es importante. Mucha gente estaba cuestionando porque quería empezar con una sinfonía de Bruckner. Para quienes no conocen su música, en mi ambiente profesional, las sinfonías son como catedrales. Grandes estructuras expresivas. En catedral para todo el mundo tiene un aspecto de permanencia, como la música clásica. Quería simplemente mostrar que si podemos hacer Bruckner y decir subliminalmente a que vamos a volver a la vida antes de la pandemia. La idea de no tener público, no tener música, no poder abrazar amigos siempre trae una máscara y tiene algo distópico para mi.
Me siento afortunado de tener un equipo como la gente del Sodre que me apoya en esta visión. Este año se cumplen 230 años del fallecimiento de Mozart, es un año Piazzola que vamos a festejar en el próximo concierto. También este año se cumplen 70 años del fallecimiento de Ígor Stravinski. Estos tres compositores tiene música para una orquesta un poco más chica de lo normal. Mostrarle al público que aquí estamos en el Sodre.
Diferencias de la gestión anterior
A veces un director necesita la erudición de un médico. Mi trabajo es artístico pero también hay un aspecto científico en la música profesoinal. Como director de orquesta no es solamente mover los brazos, sino que hay meses de preparación antes de un primer ensayo. Cuando asumo un cargo como el que tengo ahora aquí en Montevideo y viene alguien del ambiente cuasipolítico y cuasicultural tratando de decirme como hay que dirigir la institución, cómo organizar una temporada, que tipo de repertorio hay que presentarle al público uruguayo, fue esta por la razón por la que me fui. No existe oposición, pero claramente existirán reuniones con diversas opiniones, pero hay más respeto entre nosotros y siento mucho más apoyo de mis colegas del gobierno en el Sodre, confiando en mi experiencia de más de 40 años en la profesión para permitirme a dirigir la institución a mi manera y que ojalá le sirva al pueblo uruguayo y también a mis músicos del Sodre.
Qué relevancia tiene la música clásica, el arte o la ciencia. Si tengo buena salud, no me interesa que están haciendo en el instituto Pasteur, pero un día tal vez voy a necesitar a los médicos. Con la música no quiero imaginar un mundo sin cultura, poesía, sin música no solamente clásica. No puedo imaginar a Montevideo sin candombe, murga o tango. Si no están, se nota la falta. Lo importante de un director en la planificación de una temporada puede vincular la vida común de cada pueblo con lo que estamos presentando. Por eso trato siempre de vincular repertorio histórico. No hay que decir siempre de lo que se trata, se puede mostrar sin decir las palabras. Es una forma de cultura que la gente absorberá y por eso seguiremos enriqueciendo la vida diaria con la música.
