En días marcados por la agenda regional y comercial, con la cumbre de la Celac el martes en Buenos Aires y la visita del miércoles de Lula a Uruguay, hubo un tema que acaparó la atención al inicio de la semana: la propuesta expuesta por los vecinos, Argentina y Brasil, de impulsar una moneda conjunta como forma de profundizar el modelo de integración. ¿Cómo se ve esta iniciativa? ¿Qué dejó el encuentro entre mandatarios en Montevideo?
Que haya estado Lula es un hito y un cambio. Hoy tenemos a un Brasil intentando liderar la región y estar en el radar del mundo. No es solo la intención de liderar, sino que viene, el presidente sale. El mensaje es que pretende que Brasil esté liderando activamente.
Es una posición muy inteligente. Él habla de un “potencial acuerdo comercial”, no de un TLC. Hay que moderar expectativas. Primero se apoya en el acuerdo con la UE. La respuesta del gobierno uruguayo también es peculiar al decir que vamos a seguir por nuestro camino. Encontramos en el gobierno de Brasil una postura pragmática. En el fondo sabemos que el acuerdo con China es muy complejo.
Él tiene la idea de concretar cosas en el mundo. Si es el presidente que logra cerrar este acuerdo, va a quedar en la historia.
Moneda común
Argentina necesita divisas para pagar importaciones. Venderle a Argentina es un problema porque no sabes cuánto va a cobrar.
A Brasil le interesa que haya un flujo comercial saludable. Es un tema bastante inocuo para Uruguay. Estamos en fases muy iniciales y prematuras.
Previsiones para Uruguay
Si Brasil está saludable y creciendo, para Uruguay van a ser buenas noticias. La guerra en Europa sigue influyendo aunque cada vez menos. Los primeros rebrotes que hubo estuvieron en acelerar la inflación. Hoy los efectos empiezan a suavizarse y el mundo se acomoda. El mundo y el comercio comienzan a normalizar la guerra lamentablemente y avanzó.
Zona de libre comercio con México
Fue un planteo inteligente. Fue un planteo concreto. Parte de eso ya existe. No sería una locura, pero de ahí a que se concrete no estaría nada malo. Sería natural que pase. México ya está integrado con América del Sur en papeles.
