Representantes de las iglesias Católica, Anglicana y Luterana realizaron el Vía Crucis Ecuménico junto a un centenar de fieles

La celebración que recuerda la pasión y muerte por crucifixión de Jesucristo se realizó éste viernes por la tarde y contó con la presencia del Arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla.

Sturla aprovechó la ocasión para enviar un mensaje de cara a las elecciones presidenciales que el país tendrá este año. "Sin dudas, por más que tengamos diferencias entre los distintos grupos o partidos, es más lo que nos une", subrayó.

Este viernes el arzobispo de Montevideo reconoció además que ha caído la cantidad de católicos, en línea con la medición de Latinobarómetro publicada por el diario El País, que señala que uno de cada tres uruguayos es católico, cuando en la medición de 1995 se llegaba al 60 % de la población.

"El descenso es algo que ocurre en todas partes. El tema es que la casa de la Iglesia es de puertas abiertas, nunca es un club de perfectos", reflexionó el máximo referente de la Iglesia Católica.

Así se conmemoró el Viernes Santo en Montevideo

Se hizo la procesión por siete iglesias, creyentes cargaron la cruz y el cardenal Sturla contó el significado de esta celebración católica.

La recorrida partió de la Iglesia de San Francisco de Asís, y llegó a la Catedral de Montevideo. Luego fue a Nuestra Señora de Lourdes, Los Vascos, Conventuales, el Seminario y Capuchinos.

“Es una experiencia que empezó en Roma, en el siglo XVI, y quiere ser acompañar la marcha de Jesús, que va caminando desde el huerto de los Olivos, la casa de Anás y Caifás o con Pilato. Esta recorrida tiene sentido en la duración eucarística: la presencia real de Jesús en la Eucaristía. En la tarde son los Vía Crucis, que tiene dos marchas con sentidos distintos y se trata más de adoración a Jesús y acompañar el camino de la cruz”, explicó el cardenal Daniel Sturla.

“Significa hacer un reconocimiento a Jesús, que me salvó la vida. Gracias a sus enseñanzas tenga la fuerza de salir adelante”, dijo uno de los creyentes que llevaba la cruz.

“Representa amor ante el prójimo y creer que tenemos un dios llamado Jesucristo, que nos ama infinitamente”, opinó otro de los participantes del Vía Crucis.

El cardenal Daniel Sturla comentó el significado de la celebración de este Viernes Santo:

“Es importante para todo el pueblo creyente. Este día tiene ese sentido de querer acompañar a Jesús. Siempre le estamos pidiendo cosas a Dios, a Jesús, y hoy lo queremos acompañar en su dolor, sufrimiento y angustia”.

El cardenal explicó además por qué tradicionalmente no se come carne en este día.

“Es una manera de decir que Jesús ha sufrido, no ha comido y tampoco nosotros. Esto es porque no es solo abstinencia de carne roja sino que también ayuno, o sea, comer lo mínimo o comer pan y agua no nos viene nada mal”, explicó Sturla.

Para el arzobispo de Montevideo, este año la respuesta de los fieles fue mayor.

“En todas las celebraciones parece que se duplicó la cantidad de gente que participó. Esto nos da mucha alegría y creemos que será un beneficio para toda la sociedad montevideana y uruguaya”, comentó Sturla.

Católicos y anglicanos realizaron juntos el "Vía Crucis"

Los líderes de ambas iglesias, Daniel Sturla y Michele Pollesel, oraron por la paz en el mundo.

Un vía crucis ecuménico, liderado por los máximos representantes de las iglesias católica y anglicana en Uruguay, unió hoy las catedrales de ambos credos para orar por la paz en el mundo.

Así lo manifestaron el arzobispo católico de Montevideo, Daniel Sturla, y el obispo anglicano Michele Pollesel durante esta celebración de la pasión de Cristo.

Este es el tercer año consecutivo en que estas dos iglesias cristianas deciden unir a sus fieles en el Viernes Santo como "gesto de acercamiento y contribución para que el espíritu de diálogo y paz reine entre nosotros", explicó el arzobispo Sturla.

Ambos líderes eclesiásticos coincidieron en señalar que este acto simbólico cobra mayor fuerza en estos días en que la violencia golpea al mundo, en alusión a los recientes ataques terroristas ocurridos en Bruselas el pasado martes, y a una serie de muertes violentas acontecidas en Uruguay en las últimas semanas.

"Estas muertes nos hablan de cierta enfermedad de la sociedad. Con este gesto trasmitimos un mensaje de paz, de que todos somos hermanos", enfatizó el cardenal católico Sturla.

Durante la oración, tanto Pollesel como Sturla pidieron por el presidente del país, Tabaré Vázquez, los dirigentes del mundo y los representantes de Naciones Unidas, para que "busquen la justicia y la verdad y vivan en paz y concordia".

Uruguay, según el Latinobarómetro "Las religiones en tiempos del Papa Francisco", es el país con menor porcentaje de católicos de América Latina -el 41 % de su población- y la nación con mayor tasa de ateos y agnósticos, el 38 % de los ciudadanos.

Según el obispo Pollesel, si bien no hay muchos anglicanos en Uruguay, el anglicanismo está presente en la historia del país desde principios del siglo XIX y mantiene a una docena de parroquias.

Por estos datos y por tener el Estado oficialmente separado de la Iglesia por Constitución, es considerado el país "más laico" de la región.

Sin embargo, para el líder anglicano, esta celebración conjunta del Viernes Santo demuestra que la "cristiandad está viva en Uruguay".

"Este tipo de gesto de convivencia aporta a toda lo sociedad uruguaya creyente o no", sostuvo.

Ambos líderes religiosos intercambiaron la conducción del acto sosteniendo la cruz durante la lectura en cada una de las 14 estaciones del vía crucis.

Desde la sede anglicana, la procesión siguió acompañada por más de un centenar de fieles por cerca de cinco cuadras hacia la Catedral Metropolitana católica. EFE

En el Vía Crucis en Roma, el Papa Francisco pidió oraciones por todos los perseguidos en el mundo

Francisco condenó las muertes de 147 jóvenes en Kenia a manos de un grupo yihadista.

En el Vía Crucis por Roma, el Papa Francisco envió un mensaje a los fieles católicos de todo el mundo que fue en la misma línea que siguió el cardenal Daniel Sturla en Montevideo: lamentó y condenó las persecuciones y matanzas contra cristianos en el mundo. Francisco pidió oraciones por todos los perseguidos en el mundo.

En el único día del año en que no se celebra misa ni se realiza la consagración, el viernes santo, Francisco se postró frente a la cruz en la Basílica de San Pedro como signo de adoración.