En 2016, un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina Albert Einstein de Nueva York publicó que el límite de vida eran los 125 años. Aunque un estudio reciente de investigadores en Singapur arrojó que en realidad el límite podría llevarse hasta los 150 años.
Los seres humanos intentan escapar a la muerte desde hace siglos. Tanto es así que cuando no existían las certezas de la ciencia, las personas tenían que recurrir a mitos y leyendas para mantener viva su esperanza.
Así surgió, por ejemplo, la historia de la fuente de la juventud. Un recinto mágico que el rey de Etiopía presumía a los demás reyes y que el conquistador español Juan Ponce de León salió a buscar en una de sus aventuras. En el intento no encontró la fuente, pero sí lo que hoy es la Florida de Estados Unidos.
Miles de años después, la fuente de la juventud sigue sin aparecer, pero a pesar de ello los humanos cada vez vivimos más. La esperanza de vida en el mundo aumenta de a dos años en cada década y hoy ya es el doble de lo que era hace 200 años.
¿Cuándo se detendrá este aumento constante? ¿Habrá una desaceleración en la curva de la esperanza de vida? ¿existe un límite a la cantidad de años que podemos sobrevivir? Las preguntas inquietan a la ciencia desde hace un buen tiempo y es difícil estipular un año límite, ya que la esperanza de vida depende de muchos factores, algunos de ellos impredecibles.
Tom Kirkwood del Instituto de Envejecimiento y Salud de la Universidad de Newcastle, en el Reino Unido, explicó a la BBC que el cuerpo humano está evolucionando para mantenerse y repararse mejor, y agregó: “Nuestros genes están participando en este proceso con el fin de retardar los daños que eventualmente conducen a la muerte. Como resultado, no hay un límite máximo impuesto por las realidades del proceso de envejecimiento. El envejecimiento no es un proceso biológico fijo".
De esta forma, los humanos del siglo XXI con mayores privilegios llegan con menos daño acumulativo que generaciones anteriores. Es decir, estamos más saludables que nunca gracias a los sistemas de salud, la higiene y la alimentación.
En 2016, un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina Albert Einstein de Nueva York publicó que el límite de vida eran los 125 años. Aunque un estudio reciente de investigadores en Singapur arrojó que en realidad el límite podría llevarse hasta los 150 años.
La Vanguardia (España) publicó que el estudio constató que nuestra capacidad de recuperación se deteriora sensiblemente con el paso de los años. “Ese es el factor determinante que limita nuestra supervivencia. Así, a medida que envejecemos, necesitamos más tiempo para recuperarnos de cualquier lesión o contratiempo”.
Mientras tanto, la ciencia sigue investigando y el misterio permanece: nadie sabe a ciencia cierta cuántos años podemos vivir los humanos, pero estamos lejos de llegar al tope.
