El "Efecto Matilda" y cómo las mujeres fueron y son invisibilizadas en la ciencia

A nivel internacional, se empezó a gestar en enero desde diferentes centros científicos la movida "No más Matildas", con la intención de poner arriba de la mesa lo que se conoce como "El efecto Matilda", o sea mujeres que hicieron historia, pero fueron borradas de la historia por sus pares hombres.El fenómeno lleva su nombre […]

A nivel internacional, se empezó a gestar en enero desde diferentes centros científicos la movida "No más Matildas", con la intención de poner arriba de la mesa lo que se conoce como "El efecto Matilda", o sea mujeres que hicieron historia, pero fueron borradas de la historia por sus pares hombres.

El fenómeno lleva su nombre por Matilda Gage, una sufragista y abolicionista de finales del siglo 19 en Estados Unidos. Ella publicó un ensayo en 1883 que evidenciaba por primera vez este efecto.

Casi 140 años después el efecto persiste, y estas son algunas cifras que lo reflejan:

El 30% de las personas que trabajan en investigación en ciencia a nivel mundial son mujeres, según un estudio realizado por la Unesco en 2018. Eso tiene que ver con la manera en la que nos potencian a hombres y mujeres.

Solamente el 3% de los Premios Nobel en física, química o medicina han sido otorgados a mujeres.

En Uruguay, el 15% de las investigadoras terminó sus estudios en un plazo de hasta 3 años. Esto tiene que ver también con las posiciones de liderazgo que asumen las mujeres y cómo sus trabajos son menos reconocidos económicamente y por tanto más prescindibles cuando hay que tomar una decisión en cuidados.


 

Si le pedís a alguien que dibuje a un científico es probable que estampe contra el papel a un varón, adulto, envuelto en una túnica blanca y rodeado de tubos de ensayo.

Este es apenas un experimento, probado en el documental Picture a Scientist, de cómo las mujeres fueron y son invisibilidades en el trabajo científico.

De hecho, el fenómeno es tan común que lleva su propio nombre: el efecto Matilda. "El efecto Matilda tiene los ejemplos más gruesos en mujeres que no fueron reconocidas", explicó Victoria Prieto, investigadora adjunta en el Institut Pasteur y diplomada en género y políticas públicas.

A lo largo de la historia, el crédito de las mujeres en las investigaciones fue robado por hombres -esposos, tutores o superiores- que pasaron a la historia como grandes científicos, pero en realidad solo estaba aprovechando el crédito de sus colegas.

Ya pasaron casi 140 años de la primera vez que una mujer denunció que esto estaba sucediendo en los laboratorios de todo el mundo,¿Cambió en algo la situación?

Prieto asegura que sí, que las cosas están mejor. Pero que las desigualdades todavía persisten y se traducen así: "Las mujeres estamos mucho más representadas en los escalafones más bajos y lo que significa eso es que estamos haciendo los experimentos, estamos en la cocina y los hombres están escribiendo los proyectos, están yendo a los congresos, están hablando en la tala, siendo los referentes. Están los varones en la vida pública y las mujeres en la vida interna de la ciencia", dijo Prieto.

Estas dinámicas podrían asimilarse a un efecto Matilda contemporáneo. Pero, ¿por qué? "El gran motivo descansa en los estereotipos de género", agregó la investigadora.

Esto puede parecer muy abstracto, pero en la vida cotidiana se traduce de formas muy sencillas. "Vos esperás de un varón cuando es joven, prometedor, le ves el potencial y lo promovés y los apoyás y le generás la confianza de que puede ser líder. En una mujer esas dinámicas no suceden. Los varones son promovidos por su potencial y las mujeres son promovidas por lo que demuestran que ya hicieron", dijo Prieto.


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