Los drones se utilizan para tomar fotografías o hacer videos, los utiliza la agricultura pero también las fuerzas policiales o Amazon para hacer entregas de pedidos. Pero desde hace un tiempo también son una alternativa de espectáculo.
Ni grandes afiches en los muros de los edificios o en las pantallas gigantes de Times Square, ni anuncios por toda la internet usando influencers con millones de seguidores. La nueva plataforma para que las marcas más lujosas del mundo publiciten sus productos es el cielo.
Así lo viene dejando en claro una novedosa tendencia dentro del marketing que aplica una técnica que se conoce como drone display. Esto es sincronizar cientos o miles de drones para formar figuras en el cielo.
El último récord de drone display lo tiene una marca de autos de lujo que hace pocas semanas sacudió los cielos para anunciar su desembarco en China. Genesis, la marca, utilizó 3.281 drones que se elevaron simultáneamente en la mitad de la noche para sorpresa de los ciudadanos de Shanghai. El récord anterior lo ostentaba una compañía especializada en drones que en setiembre pasado llegó al libro Guinness tras hacer un espectáculo con 3.051 drones.
Estos drones iluminados funcionan cada uno bajo la lógica del píxel, y cuando se unen en una coreografía área de a bandadas, el efecto es el de una pantalla que flota en tres dimensiones.
Los enjambres de drones se empezaron a utilizar en los primeros años de la década pasada con fines militares, pero luego su uso se extendió a otras áreas como la del entretenimiento y la publicidad.
De hecho, los primeros experimentos dentro del mundo del espectáculo se hicieron en producciones millonarias como el espectáculo del entretiempo del Súper Bowl o los Juegos Olímpicos de Invierno.
Tal viene siendo su aceptación, que en ciudades como Dubái, espectáculos luminosos de drones están empezando a reemplazar a los fuegos artificiales. Que dicho sea de paso, cada vez tienen menos adeptos. También fueron utilizados por el gobierno coreano para recordar a la población de usar mascarilla facial en medio de la pandemia.
Los drones son manejados por un software que programa los movimientos individuales de cada aparato y los sincroniza con los del resto. Son espectáculos caros -cuesta cerca de 20 mil dólares la versión más sencilla- y también poco frecuentes porque aún no están del todo regulados.
Aun así, toda la industria espera que los espectáculos con drones y las campañas publicitarias con drones serán cada vez más comunes e impresionantes a medida que los diseñadores e ingenieros mejoren las técnicas y las vuelvan más innovadoras y potentes.
