La ciencia explica cómo funciona la pareidolia, un fenómeno que nos lleva a ver caras en todas partes

"El cerebro humano está cableado para reconocer rostros", explica un psicólogo de la Universidad de Yale.

El mundo  está lleno de estas imágenes. Pero detrás de su simpatía o familiaridad, se esconde la particular capacidad del ser humano de reconocer figuras animadas en objetos inanimados.

Este fenómeno es conocido como pareidolia, una palabra griega que significa “más allá de la imagen”. ¿Qué es exactamente la pareidolia? Es un fenómeno psicológico donde un estímulo vago y aleatorio, por lo general una imagen, se percibe erróneamente como una forma reconocible o con un patrón familiar.

Y la ciencia sabe que es mucho más que una reacción involuntaria ya que hasta somos capaces de imprimirle una emoción a estos objetos inanimados. “Una característica sorprendente de estos objetos es que no solo parecen caras, sino que incluso pueden transmitir un sentido de personalidad o significado social”, señala un estudio publicado en la revista Psychological Science. Pero, ¿por qué nos pasa esto?

La respuesta, asegura un psicólogo de la Universidad de Yale a la BBC, es bien sencilla: “el cerebro humano está cableado para reconocer rostros”. La pareidolia se explica, en parte, como un proceso de supervivencia evolutiva. El experto señala que "si hay un rostro cerca, hay una mente cerca. Y eso significa que hay alguien que potencialmente puede causarte mucho bien o mucho daño". Por eso nuestro cerebro se activa.

Esta particularidad de reconocer rostros incluso cuando no hay una persona en frente comienza a desarrollarse en los primeros minutos de vida. Diversos estudios señalan que a partir de los nueve minutos luego de nacer, los bebés parecen mostrar preferencia por “patrones similares a una cara”. “Las expresiones faciales son esenciales para la comunicación social: el cerebro aprende a evaluar las expresiones rápido y con poca información”, detalla Business Insider.

Algunos estudios incluso señalan que esta habilidad no es única de los seres humanos. Investigaciones divulgadas en 2017 afirman que ovejas y otros animales también tienen la capacidad de reconocer y preferir rostros. Aunque claro que estos estudios no pueden afirmar que los animales lo hagan por los mismos motivos que los humanos.

La pareidolia también puede ser una pista para comprender cómo nuestro cerebro asimila fenómenos inexplicables. Un relevamiento de Vox apunta que en un estudio de 2013, investigadores de la Universidad de Helsinki probaron 47 personas en un experimento de pareidolia. Algunos eran religiosos o creían en lo paranormal y otros no. Los datos muestran que los creyentes eran mucho más propensos a percibir caras en patrones aleatorios que los escépticos. “Esto es lo que lo hace tan interesante, explica Vox, nuestra búsqueda constante de significado en todo lo que nos rodea está realmente programada en nuestros cerebros”.


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