La historia del cubo Rubik, el juguete -que nunca quiso ser juguete- más vendido de la historia

El año pasado, el cubo rubik cumplió 45 años. Se estima que se produjeron 1.000 millones de cubos desde 1980.

Hace más de cuatro décadas, un arquitecto y escultor húngaro obsesionado con la geometría, se sentó a pensar de qué manera podría explicar a sus alumnos algunos conceptos matemáticos complejos, pero de una forma sencilla.

Así, utilizando un puñado de piezas de madera y algunas gomas elásticas, Erno Rubik diseñó un cubo que al principio bautizó como Cubo Mágico y luego el mundo inmortalizó bajo el nombre de cubo Rubik.

Sin embargo, ese salto a la fama internacional tardó en llegar porque el cubo no capitalizó al mercado estadounidense hasta 1980. Según recogen varios historiadores, el cubo fue un suceso en Budapest, pero la Cortina de Hierro -esa frontera política entre la Europa Occidental y la Oriental luego de la Segunda Guerra Mundial- lo mantuvo en secreto para el resto del mundo. No obstante, el cubo se volvió protagonista de un pequeño mercado negro que lo repartió por todo el continente.

Un comerciante lo descubrió en una cafetería, se contactó con Rubik y llevó el cubo a una feria internacional. Allí firmó un contrato con una distribuidora multinacional que cargó de marketing al juguete y vendió millones de unidades.

Desde entonces, el cubo es un ícono cultural global. Cuenta con su propia organización, la World Cube Association, y su máximo campeón es un joven chino que logró resolver el cubo en apenas cuatro segundos.

Rubik, que hoy tiene 75 años, jamás pudo imaginar el impacto y el alcance de su creación. En una de las últimas entrevistas que concedió a los medios, dijo: "Creo que lo más característico del cubo es la contradicción entre la simplicidad y la complejidad. Amo la simplicidad del cubo porque es una forma geométrica muy clara, y amo la geometría porque es el estudio de cómo está estructurado el universo entero".


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