La tradición del duelo en Uruguay, el único país de Latinoamérica donde fue legal y reglamentado

El duelo fue una práctica común en la que dos “caballeros” usaban la violencia para dirimir disputas personales. 

Uruguay tiene una larga tradición en la práctica del duelo. Incluso está marcada por acontecimientos con cierta importancia en la historia política y en la construcción del imaginario político del país.

Tal vez el más recordado sea el duelo de 1920 donde el expresidente colorado José Batlle y Ordóñez mató a Washington Beltrán, un joven diputado del Partido Nacional oriundo de Tacuarembó, en la cancha del Parque Central.

El duelo fue una práctica común en la que dos “caballeros” usaban la violencia para dirimir disputas personales.

Detrás de esto subyace el concepto de “defensa del honor” que formó parte de la idiosincrasia que llegó en los barcos desde Europa.

Estamos hablando del duelo porque el Museo Histórico Nacional sumó a su acervo las armas del duelo de Batlle y Beltrán. A partir de eso varios investigadores montaron una muestra que se puede visitar para desentrañar cuál era la tradición del duelo en Uruguay.

Durante el transcurso del siglo XIX y buena parte del siglo XX, el duelo fue una de las principales formas en que los varones resolvían sus conflictos personales en Uruguay.

Casi que cualquier actitud que fuera interpretada como desafiante podía llevarte a duelo: un gesto, un insulto, una declaración agraviante, una publicación sugerente en la prensa; todo podía despertar la necesidad de reaccionar con violencia.

"El Uruguay tiene una particularidad en Latinoamérica, que es el único país que tuvo una ley que avalaba el duelo y lo reglamentaba", dijo a Telemundo Matías Borba, historiador y curador de la muestra Reparar por las armas del Museo Histórico Nacional.

Antes de los duelos reglamentados entre lo que la sociedad consideraba entonces que eran “caballeros”, hay que hablar de un antecedente bien concreto: los duelos criollos en la campaña.

"Está referido a esos enfrentamientos individuales con facones, dagas y con la típica imagen del poncho usado como escudo que era para dirimir disputas personales a través de la violencia en un enfrentamiento que se da de forma espontánea. Eran duelos más explosivos en el sentido de que se daban inmediatamente la ofensa", explicó

A medida que el siglo XIX avanzó, se conformó en el Río de la Plata la idea de un “Estado moderno” que delimitaba una moral burguesa con una escala de valores donde el honor era algo que los varones debían defender a toda costa, fuera de ellos o sus familias, incluso con la vida.

"Estos códigos no surgen de la nada, sino que muchos de ellos son traídos de Europa a partir de ese estado que se está construyendo, que están mirando hacia el viejo continente y encuentran en esa escala de valores para defender el honor como algo que debía ser y que era obligado para pertenecer a cierto sector de la sociedad", manifestó Borba.

Esos códigos de caballeros eran lo que diferenciaba a un duelo criollo y bárbaro de una disputa entre personas respetadas, que estaba bien vista por la sociedad burguesa.

Al final del siglo XIX y comienzos del siglo XX, los duelos en Uruguay comienzan a aumentar. Esto fue así, suponen los investigadores, porque se desarrolla la prensa y la mayoría de las ofensas se daban en ese espacio, como sucedió en duelo entre Batlle y Beltrán en 1920.

Las reglas para estos duelos estaban bien claras. Los códigos se fueron modificando con los años, pero básicamente constaban de una ofensa, luego se notificaba al ofensor.

Ambos, ofendido y ofensor, elegían a sus padrinos que se encargaban de gestionar todo. Se reunían para elegir el lugar, la hora, las armas y la modalidad.

Los duelos podían ser a primera sangre, a notoria incapacidad o con cierta cantidad de tiros. También había que contratar un médico para que estuviera presente y al final se redactaba un acta con los detalles.

Se suponía que eran eventos privados, pero algunos causaron mucho revuelo y se juntaba gente a presenciarlos. ¿Los duelos siempre terminaban en la muerte?, ¿un varón se podía negar?

El imaginario del honor burgués se estructuró sobre la idea de que el duelo era la manera que los varones tenían de conservar su prestigio social. Pero si bien los primeros duelos reglamentados eran a muerte, con el paso del tiempo esa idea se transformó.

"Empezaron a dejar cada vez más de lado los duelos a muerte. Es más, era mal visto el hecho de matar al contrincante en un lance de honor", agregó el historiador.

Uno de los principales detractores de la práctica del duelo fue la Iglesia católica. Y de ahí también salieron los primeros varones que se negaron a batirse a duelo luego de provocar una supuesta ofensa o un agravio.

A partir de 1920, con un cambio de reglamentación, los duelos empiezan a disminuir en Uruguay.

"Primero, porque la ley de 1920 establecía que había que haber un tribunal, ese tribunal que tenía que estar conformado por los representantes que eligieran los padrinos del ofendido y los padrinos del ofensor, y un tercero que tenía que ser elegido en común entre los padrinos de ambas partes", señaló Borba.

Ese tribunal era el que determinaba si había o no razones que justificaran un duelo y su decisión era inapelable. A esto se sumó un sistema judicial que estaba cada vez más aceitado y daba cabida a las demandas por difamación o injurias.

Recién en 1992, al final del proceso de redemocratización de Uruguay, es que se deroga la ley de 1920 que reglamentaba los duelos.

"Es interesante porque fueron 72 años de un duelo legal, de este tipo de ley que fue realmente única en el contexto latinoamericano y que recién en la década de los 90, ya cuando hubo un intento de desafío de duelo, que bueno, resultaba algo un poco anacrónico a el fin del siglo 20 que se plantea la discusión de sustituir esta reglamentación y volver a esa idea de cualquier difamación, injuria que se resuelve a través de la justicia y no a través de las armas", concluyó.


Las Más Vistas