Según cifras del 2019, los seres humanos consumimos unos 5 gramos de microplásticos y nanoplásticos en una semana, pero un nuevo análisis indica que aumentó y ahora serían unos 7 gramos.
Los microplásticos son pequeñas partículas de plástico de entre 0,1 micrómetros (para hacernos una idea, un pelo humano tiene aproximadamente 60) y cinco milímetros (un poco más chiquito que un arroz), y que se desprenden de plásticos más grandes, ingresando a nuestro cuerpo a través del agua, de la comida o por la respiración. La producción mundial de plásticos no deja de crecer, solo desde el año 2000 y hasta el 2019 se generaron 460 millones de toneladas y más del 20% terminó en el medio ambiente y de ahí pasa a nuestra dieta. ¿Cómo nos afectan? ¿qué consecuencias se pueden avizorar? ¿y en qué partes de nuestros cuerpos terminan?
Diversos estudios han localizado la presencia de microplásticos en peces y también en distintas partes de nuestro cuerpo, como los pulmones, intestinos, placentas, en la leche materna y también en los testículos… Fenómenos que se están siguiendo muy de cerca por la eventual incidencia que puedan tener en la fertilidad y reproducción, pero un nuevo análisis de la Universidad de Nuevo México publicado en la revista Nature señala que estos elementos ya están dispersos por todo el cuerpo y las concentraciones más elevadas no se encuentran en las zonas que ya nombramos.
Para saber dónde se aloja la mayor cantidad de microplásticos, los científicos analizaron muestras corporales y cerebrales de personas fallecidas entre 2016 y 2024, allí detectaron que el cerebro es el órgano del cuerpo con mayor cantidad de residuos de microplásticos, con concentraciones que eran de 7 a 30 veces mayores que en muestras de hígado o riñón.
El estudio también mostró mayores niveles de concentración de micro y nanoplásticos en cerebros de individuos con demencia. Esto puede ser consecuencia de la atrofia o fallas que se presentan en los tejidos cerebrales y que permitirían el pasaje de sustancias o elementos nocivos, aunque resta seguir indagando para definir si hay una asociación directa o no.
Según cifras del 2019, los seres humanos consumimos unos 5 gramos de microplásticos y nanoplásticos en una semana, pero este nuevo análisis indica que aumentó y ahora serían unos 7 gramos.
De todas formas, los investigadores señalan que esto ocurre porque estamos más expuestos a estos materiales y que lo positivo es que tanto adultos mayores como jóvenes se observaron concentraciones similares, lo que puede significar que nuestro cuerpo encuentra la forma de eliminar los microplásticos con el tiempo.